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Insulza dice democracia ecuatoriana es «sólida» y superará intento de golpe

El secretario general de la ONU reitero que lo que ocurrió «en Ecuador el jueves fue un intento de golpe de Estado».


El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, se mostró hoy convencido de que la democracia en Ecuador es «sólida», y dijo que aunque sufrió un intento de golpe de Estado, tiene la fortaleza y el liderazgo suficiente para salir adelante.

En opinión de Insulza, que viajó el viernes a Quito para reunirse con el presidente Rafael Correa para demostrarle el apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA), reitero que lo que ocurrió «en Ecuador el jueves fue un intento de golpe de Estado».

Insulza, en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente en la que presentó un informe verbal sobre la situación en Ecuador tras la sublevación policial el pasado jueves, dijo que no tenía duda de que la intención detrás del alzamiento era llevar a ese país a una «situación de ingobernabilidad» y por tanto a la «desestabilización» del Gobierno del presidente Correa.

Insulza también dijo que lo ocurrido en Ecuador la semana pasada muestra que la región debe «conversar mucho sobre las mejores maneras de fortalecer y defender la democracia», pues si un intento de golpe tiene lugar en un país en el que el Gobierno tiene un alto grado de apoyo, eso pone al continente en una «situación de fuerte riesgo».

El máximo responsable del organismo sostuvo que la estrategia de los autores era «copar los carteles policiales, crear esa situación de caos y obligar al Gobierno en el caso mínimo a ceder completamente a sus exigencias y en el caso máximo provocar su desestabilización».

«Lo que hubo es lo que hubo, lo que se consiguió es detenerse» agregó Insulza, quien dijo que probablemente parte importante del contingente policial que se sublevó «puede haber sido convencido o llevado a esta sublevación con argumentos fundamentalmente económicos».

Pero que «la intención de otros que estaban en esta actividad» y a los que no se vio en primera fila, «era la de llevar ésta a una situación de ingobernabilidad y por tanto provocar una desestabilización del Gobierno del presidente Correa», aseguró.

Lo que pretendían los autores era crear una situación de «caos y de desorden», dijo.

La crisis se desató el 30 de septiembre tras las protestas de policías y militares en contra de la eliminación de incentivos salariales y profesionales, hecho que se saldó con ocho muertos y que el Gobierno calificó como un intento de golpe de Estado.

Insulza, quien pidió que se sancionen a los responsables, consideró que el intento de golpe en Ecuador «no se frustró por la falta de voluntad de los autores, sino por la falta de apoyo», así como por el respaldo de las Fuerzas Armadas a Correa.

No obstante, «los riesgos fueron muy visibles», recalcó.

«Si eso pasó en un país en el que el Gobierno tiene un alto grado de apoyo, eso nos muestra que en el continente todavía existen quienes están dispuestos a actuar en la medida en que se les permitan las circunstancias y aprovechar cualquier situación para desestabilizar a regímenes democráticos», concluyó Insulza.

«La razón por la cual fue impedido fue la de que era muy visible desde muy temprano que la inmensa mayoría de los ecuatorianos estaba en contra» del intento de golpe, aseveró.

En este sentido, dijo: «debemos mantenernos en alerta, no solamente en Ecuador, sino en todo el hemisferio».

Insulza admitió que cuando tuvo lugar el golpe de Estado en Honduras en junio de 2009, él pensaba que era «solamente una excepción», pero a la luz de lo ocurrido en Ecuador hay que sacar la lección de que el riesgo de que «lo vuelvan a intentar» en la región existe y requiere un intenso debate sobre cómo proteger la democracia en el hemisferio.

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