Este miércoles el Senado debiera pronunciarse sobre la polémica ley que eleva de 60 a 62 años la edad para pensionarse. Pese al rechazo popular el presidente Nicolás Sarkozy anunció que no echará pie atrás y que su gobierno continuará con sus planes. «La reforma es esencial y Francia está comprometida con ella y seguirá adelante tal como lo hicieron nuestros socios alemanes», sostuvo.
Los trabajadores franceses se preparan para continuar este miércoles su protesta contra el plan de reforma de pensiones que extiende en dos años más la edad de jubilación -de 60 a 62 años- con un séptimo día de marchas.
Los funcionarios del sector de transporte dijeron que continuarían con la huelga, aunque se espera que se reanude el servicio en algunos trenes.
Por su lado, los líderes estudiantiles también llamaron a continuar con la movilización para presionar el voto del proyecto en el Senado, donde está sometido al debate de cientos de enmiendas presentadas por la oposición.
Por ello es posible que el voto en la Cámara alta acabe demorándose hasta más allá del fin de semana próximo, es decir, después de que los sindicatos valoren el empuje que tiene su convocatoria.
El marte último la policía se enfrentó con jóvenes enmascarados que causaron incendios en varias ciudades de Francia en el marco de la sexta jornada de movilizaciones en menos de dos meses y que se produjo en la víspera de la crucial votación en el Senado.
Numerosos vuelos fueron cancelados y los servicios de trenes han sido interrumpidos. Unas 1.500 gasolineras se quedaron sin combustible o estaban a punto de cerrar luego de que el suministro de combustible se viera interrumpido.
El bloqueo a las 12 refinerías de petróleo del país cumple más de una semana y el país tuvo que recurrir a las reservas en manos de las empresas privadas.
El Senado tenía previsto votar este miércoles el plan del presidente Nicolas Sarkozy de elevar la edad de jubilación ya aprobado por la cámara baja.
Pese a las protestas, Sarkozy se comprometió a seguir adelante y estableció un gabinete de crisis con sus ministros. «La reforma es esencial y Francia está comprometida con ella y seguirá adelante tal como lo hicieron nuestros socios alemanes», aseguró Sarkozy.
Este martes, el mandatario insistió en defender las reformas y dijo que las futuras pensiones deben ser protegidas.
Estos podrían ser días definitorios para la presidencia de Sarkozy, explica Christian Fraser, corresponsal de la BBC en París.
Fue elegido para arreglar la economía y el proyecto de ley de reforma de pensiones es el elemento clave de su programa de reformas. Si se hunde, también lo hace su credibilidad, agrega Fraser.
Todo parece indicar que las cosas se están deteriorando. Y, encima de todo, se reportaron problemas en los suburbios de París.
La policía disparó gases lacrimógenos en dos zonas de la ciudad este lunes, Nanterre y Combs-la-Ville, donde jóvenes destrozaron paradas de autobús e incendiaron vehículos.
La escasez de combustible generó la cancelación de la mitad de los vuelos del aeropuerto Paris Orly y de uno de cada tres en otras terminales aéreas.
En París, la gente hizo largas colas para asegurarse el combustible para sus vehículos.
A esto se sumaron los cortes de ruta por parte de camioneros y nuevas huelgas de los sindicatos de trenes.
Además, hubo protestas frente a más 200 instituciones educativas del país.
De acuerdo a las últimas encuestas, más del 70% de la población apoya las protestas.
La expectativa por el desenlace de esta lucha no está sólo en Francia.
Varias países europeos, en proceso de reducir el presupuesto y elevar los impuestos, siguen de cerca la situación, explica Gavin Hewitt, periodista de la BBC experto en temas europeos.