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Mubarak se queda y desafía el poder de Estados Unidos

En un esperado mensaje televisivo pronunciado anoche, el mandatario reiteró que continuará en su cargo hasta los comicios de septiembre próximo, poniendo énfasis en que no se presentará a la reelección. El presidente Barack Obama no tardó en manifestar sus aprensiones y sustuvo que el gobierno egipcio no ha aprovechado la oportunidad de «avanzar en un camino inequívoco, creíble y concreto hacia una democracia genuina».


El presidente egipcio, Hosni Mubarak, anunció anoche  su intención de permanecer en el poder hasta septiembre próximo, cuando se realicen los comicios de los que saldrá su sucesor.

En un discurso televisivo y que era esperado con expectación luego de las versiones de prensa que daban cuenta de su dimisión, el goberante reiteró que no se presentará a ese proceso electoral, pero que su objetivo es entregar el mandato a las autoridades elegidas «democráticamente».

También dijo de manera tajante que «no estamos recibiendo instrucciones de nadie», en un abierto desafío al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien le manifestó la necesidad de acelerar el proceso para alejarse del poder.

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Durante su alocución, Mubarak se comprometió a dirigir un proceso que lleve a unas «elecciones libres y limpias».

«Me aferraré a proteger la Constitución y los intereses del pueblo hasta que se entregue el poder y la responsabilidad a quien elijan los electores en septiembre próximo», afirmó.

Además  anunció su intención de reformar cinco artículos de la Constitución y suprimir un sexto para facilitar la «alternancia en el poder» y abrir la puerta al fin de la Ley de Emergencia, vigente desde 1981.

Tampoco descartó «delegar al vicepresidente de la República los poderes y las prerrogativas de acuerdo con la Constitución».

Sobre esto último, el presidente de la Cámara baja del Parlamento, Fathi Sourur, aclaró que el presidente traspasó algunas prerrogativas, pero conservó otras, como las que permiten la reforma de la Constitución, la disolución del Parlamento y la disolución del gobierno.

La reacción de Obama

Antes que Mubarak se dirigiera a los egipcios, Barack Obama había señalado durante la presente jornada que el mundo estaba siendo testigo de «un momento de transformación que se lleva a cabo porque el pueblo egipcio pide un cambio», y reiteró la intención de la Casa Blanca de apoyar una «transición ordenada» hacia la democracia en Egipto.

Pero el discurso transmitido por la televisión pública y que despertó el rechazo de las miles de personas que se reunieron en la Plaza de Tahrir, tampoco le gustó al presidente de los Estados Unidos.

De hecho, y como muestra de su decepción, consideró que  la «transición de autoridad» planteada la noche del jueves por Mubarak «no está claro todavía si es inmediata, significativa o suficiente».

«Demasiados egipcios se muestran poco convencidos de que el gobierno es serio acerca de una genuina transición a la democracia, y su responsabilidad de hablar claramente al pueblo egipcio y al mundo», indicó el presidente norteamericano mediante un comunicado y luego de analizar el tema con su equipo de seguridad nacional.

Agregó que «el gobierno de Egipto debe avanzar un camino inequívoco, creíble y concreto hacia una democracia genuina, y hasta el momento no ha aprovechado esa oportunidad».

Asimismo, Obama indicó que la transición «debe mostrar inmediatamente un cambio político irreversible» a través de «un camino negociado hacia la democracia» que incluya a «la oposición y la sociedad civil». Y afirmó que «el estado de emergencia en Egipto debe ser levantado».

La Casa Blanca emitió el comunicado tras anunciar que el presidente Obama había visto en la sala de conferencias del avión presidencial, Air Force One, el discurso del presidente egipcio, Hosni Mubarak, y se había reunido de urgencia con sus asesores para analizar los últimos acontecimientos.

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