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Gadafi avanza de nuevo hasta cerca de Ajdabiya, clave para sitiar Bengasi

Fuertes explosiones en torno a la carretera de 50 kilómetros que une Brega con Ajdabiya, poblada de vehículos y combatientes rebeldes, se sucedieron durante varios minutos y obligaron a los insurgentes a retroceder casi 30 kilómetros hacia la estratégica ciudad al sureste de Bengasi, cuyo control permitiría a los gadafistas volver a intentar aislar la capital insurgente.


Las tropas de Muamar el Gadafi recuperaron este martes las posiciones que habían perdido en torno al enclave petrolífero de Brega y han avanzado hasta al menos 15 kilómetros de la estratégica ciudad oriental de Ajdabiya, informaron a EFE testigos presenciales en el frente de batalla.

Los gadafistas lanzaron numerosos disparos de mortero y artillería pesada de larga distancia sobre la carretera que une Brega con Ajdabiya, lo que causó el repliegue general de las tropas rebeldes a lo largo de varios kilómetros.

Desde esta mañana, las fuerzas insurgentes, que controlaban tres accesos en diferentes puntos a Brega y tenían rodeada la ciudad -según el principal portavoz rebelde, Mustafa Geriani- intentaron hacerse con el control del enclave.

Sin embargo, y pese a que los sublevados aseguraron que sólo quedaban unos pocos grupos de efectivos del régimen desmoralizados y casi sin munición en la localidad, la artillería de Gadafi comenzó a disparar desde larga distancia un intenso fuego de misiles Grad, con un alcance de 40 kilómetros, indicaron a EFE las fuentes citadas.

Fuertes explosiones en torno a la carretera de 50 kilómetros que une Brega con Ajdabiya, poblada de vehículos y combatientes rebeldes, se sucedieron durante varios minutos y obligaron a los insurgentes a retroceder casi 30 kilómetros hacia la estratégica ciudad al sureste de Bengasi, cuyo control permitiría a los gadafistas volver a intentar aislar la capital insurgente.

Se trata de la primera gran contraofensiva del régimen de Trípoli desde hace días en torno a Briga, donde el frente oriental llevaba estancado varias jornadas.

Pese a que los portavoces rebeldes aseguraron hoy que las tropas de Gadafi se encontraban prácticamente sitiadas en el enclave petrolero y no recibían suministros de armas, todo parece indicar que les ha llegado nuevo arsenal pesado.

Respecto a los civiles que todavía permanecen en el enclave petrolero, Geriani afirmó que sus fuerzas tienen «mucho cuidado» en no herir a ningún civil, «a diferencia de las huestes» gadafistas, a las que pretendían expulsar de Brega en breve.

Sin embargo, el contraste entre el voluntarismo de los portavoces rebeldes y la situación real sobre el terreno quedó patente hoy, día en que en Bengasi se reavivaron de nuevo los temores a que las tropas de Gadafi vuelvan a intentar asediar el bastión rebelde, como sucedió hace dos semanas.

Cuando se aprobó la resolución 1973 de la ONU que propició la intervención aliada el pasado 18 de marzo, las tropas de Gadafi controlaban Ajdabiya y habían llegado ya hasta las afueras de Bengasi donde sólo los bombardeos de la coalición internacional pudieron detener su avance.

En la segunda ciudad de Libia las protestas de sus habitantes contra la OTAN por haber dejado de atacar las posiciones gadafistas en el oeste del país y en zonas que consideran claves del este se suceden día tras día.

Los rebeldes y los habitantes de Bengasi critican especialmente la postura de Turquía -miembro de la OTAN-, que se ha mostrado en contra de los bombardeos aliados y que, según ellos, está bloqueando las operaciones internacionales desde que la alianza tomó el mando de las mismas el 31 de marzo.

Por ello, según aseguraron hoy a EFE varios bengasíes, se impidió esta tarde la entrada en la ciudad de un barco de pabellón turco con ayuda médica y alimentaria destinada a Bengasi.

El jefe militar de los rebeldes libios, el general Abdelfatah Yunes, afirmó esta noche que la OTAN les ha decepcionado y que está dejando morir cada día a los habitantes de Misrata, la tercera ciudad del país sometida desde hace mes y medio a un terrible asedio por parte de las tropas de Gadafi.

«La OTAN nos ha decepcionado, no nos ha ofrecido lo que necesitábamos y está dejando a las fuerzas de Gadafi matar a los libios», aseveró Yunes en una conferencia de prensa en Bengasi.

El máximo dirigente militar insurgente explicó que su equipo ha estado en contacto con «los enviados de la OTAN» para dirigir los ataques aliados hacia objetivos que protejan a la población civil pero que, hasta ahora, la alianza no les ha «proporcionado» lo que necesitan.

«Si la OTAN espera otra semana más no habrá ya nada más en Misrata, será un crimen que la alianza deberá cargar sobre sus espaldas. ¿Qué está haciendo la OTAN?, se preguntó y afirmó que los aliados «están bombardeando solamente algunas zonas definidas aquí y allá» mientras los habitantes de la ciudad «están amenazados de exterminio».

La OTAN afirmó hoy desde Bruselas que la defensa de la población civil de Misrata es su «prioridad número uno» y que han lanzado desde el lunes 14 operaciones, principalmente en los alrededores de esa ciudad.

El jefe militar rebelde -que dimitió de su cargo como ex ministro de Interior del régimen a los pocos días de iniciarse la revuelta libia- aseguró, sin embargo, que Misrata se encuentra al borde del «colapso total», sin agua, electricidad, comida ni leche para los niños.

«Esto lleva así 40 días, con bombardeos diarios de artillería pesada sobre objetivos civiles como edificios, hospitales y mezquitas «, dijo y aseveró que Gadafi ha incluso contaminado el agua potable de las fuentes con aguas fecales procedentes de los pozos negros y el alcantarillado.

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