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Gobierno peruano cancela concesión de central hidroeléctrica en Cuzco para parar protestas

Mediante una resolución publicada hoy se establece que «cualquier derecho eléctrico relativo al Proyecto Central Hidroeléctrica Inambari» deberá contar con la aprobación de la población de la zona a través de un mecanismo de consulta previa tal como recoge el Convenio 169 de la OIT.


El Ministerio de Energía y Minas, mediante una resolución publicada hoy, declaró extinguida la polémica concesión temporal para la construcción de una gran central hidroeléctrica en la región de Cuzco y que había generado protestas en el sur de Perú.

Además, y mediante la misma norma legal, se establece que «cualquier derecho eléctrico relativo al Proyecto Central Hidroeléctrica Inambari» deberá contar con la aprobación de la población de la zona a través de un mecanismo de consulta previa tal como recoge el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.

El proyecto de Inambari -de gran interés para las regiones brasileñas amazónicas, que se verían beneficiadas por esa central- es objeto de protestas no solo en la región, sino que se ha convertido en uno de los puntos de reclamo de una huelga en la región de Puno (extremo sur) que, con un breve paréntesis, dura ya más de un mes.

El proyecto de la central hidroeléctrica de Inambari, que se ligaba a las empresas brasileñas OAS y Electrobras, se estima que generaría unos 2.000 megavatios de energía, lo que permitiría el suministro eléctrico a ambos lados de la frontera.

Sin embargo, su cancelación no ha podido desactivar las protestas, que continúan en la región de Puno, donde el paso fronterizo entre Bolivia y Perú se mantiene cerrado por más de un mes, informó hoy la policía de dicha región.

Del mismo modo, la carretera entre Juliaca y Cuzco también se mantiene cerrada, mientras que en las principales ciudades de la región, la capital Puno y la propia Juliaca, la huelga no se siente en las actividades habituales de sus habitantes.

El punto de mayor conflicto pasó hoy a tener su epicentro en Lima, donde el dirigente aimara, etnia a la que pertenecen la mayoría de huelguistas, Walter Aduviri, permanece «refugiado» al interior de un canal de televisión, mientras la policía le espera en el exterior para detenerlo.

Sobre Aduviri pesa una orden de detención a raíz de los altercados desatados el pasado mes en la región de Puno durante la huelga indefinida. Sin embargo, y pese a saberse buscado, el dirigente decidió acudir a Lima para buscar entrevistarse con las autoridades del Gobierno y entablar un diálogo.

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