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La ONU alerta del alto riesgo de que Siria viva un conflicto como el de Libia

La Alta Comisionada alertó de la situación en Siria al inaugurar junto al secretario general el debate organizado por la presidencia portuguesa del Consejo de Seguridad sobre la necesidad de proteger a los civiles, un encuentro en el que países como Estados Unidos, Francia o Alemania pidieron una acción concreta al máximo órgano de decisión de la ONU para detener la represión siria.


La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, informó este miércoles que cada vez más soldados abandonan las fuerzas de seguridad sirias en desacuerdo con la represión contra los civiles y alertó del alto riesgo de que Siria viva un conflicto armado como el finalizado en Libia.

«En los lugares donde los derechos humanos básicos son vulnerados y donde se responde con brutal violencia a las demandas pacíficas, los pueblos se ven obligados finalmente a recurrir a la rebelión contra la tiranía y la opresión. Ocurrió en Libia, ahora puede pasar en Siria», aseguró Pillay en una reunión del Consejo de Seguridad.

La Alta Comisionada, que participó junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en un debate sobre la necesidad de proteger a los civiles en los conflictos armados, señaló que cada vez son más los integrantes de las fuerzas de seguridad sirias que rechazan «ser cómplices en crímenes internacionales y cambian de bando».

«Hay un grave riesgo de que Siria se introduzca en un conflicto armado», subrayó Pillay ante los quince miembros del Consejo de Seguridad, a quienes recordó que, desde que las protestas empezaran en Siria, más de 3.500 personas han muerto en el país y son «decenas de miles» las que han sido detenidas «arbitrariamente».

Pillay mostró además su «preocupación porque el asesinato de civiles no se ha detenido en Siria», pese a los recientes compromisos de las autoridades del país con la Liga Árabe para iniciar un proceso que lleve a la conclusión de la violencia.

«Tenemos que ver avances concretos sobre el terreno», aseguró Pillay, que pidió a la comunidad internacional que insista «al Gobierno para que detenga el asesinato de civiles, libere a los detenidos arbitrariamente debido a sus protestas pacíficas y permita el acceso al país de una comisión internacional de evaluación».

La Alta Comisionada alertó de la situación en Siria al inaugurar junto al secretario general el debate organizado por la presidencia portuguesa del Consejo de Seguridad sobre la necesidad de proteger a los civiles, un encuentro en el que países como Estados Unidos, Francia o Alemania pidieron una acción concreta al máximo órgano de decisión de la ONU para detener la represión siria.

Francia, Reino Unido, Alemania y Portugal presentaron en octubre un proyecto de resolución de condena contra el régimen sirio que no salió adelante en el Consejo de Seguridad debido a que, a la hora de la votación, Rusia y China se opusieron al texto y ejercieron su poder de veto, mientras que Brasil, India, Sudáfrica y Líbano se abstuvieron.

«Estados Unidos no descansará hasta que el Consejo de Seguridad cumpla con sus responsabilidades», señaló durante el debate la embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, quien subrayó que «el asunto sobre la protección de civiles al que tiene que responder el Consejo más inmediatamente es el que se vive en Siria».

El embajador francés, Gérard Araud, aseguró que su país continuará «obrando con determinación para que el Consejo cumpla plenamente su papel» y no ahorrará «ningún esfuerzo para proteger a la población civil del desprecio cínico por la vida humana y del recurso deliberado al terror utilizado por el régimen sirio».

«El Consejo ignoró sus responsabilidades: dos miembros permanentes se opusieron a cualquier acción con su veto, mientras otros optaron por la abstención, la indiferencia. Mientras, el Gobierno sirio sigue matando a la población», aseguró Araud.

Con ambos diplomáticos coincidió el embajador alemán, Peter Wittig, quien lamentó que el Consejo no haya actuado sobre Siria y haya dejado que «el régimen sirio siga empleando la represión y los civiles desarmados sigan muriendo».

«No podemos permitir al presidente (Bachir al) Asad seguir así, por lo que exhortamos al Consejo de Seguridad de la ONU a mandar un enérgico mensaje de unidad para acabar con el derramamiento de sangre en Siria», indicó el diplomático germano.

Portugal, que preside este noviembre el Consejo de Seguridad, organizó el debate sobre la protección de civiles, donde participó el presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva, quien lamentó el «sufrimiento indiscriminado» que se vive en Siria, «donde la intensa violencia ha causado la muerte ya de más de 3.000 personas».

«Cuando los civiles son un objetivo y las autoridades nacionales o las partes del conflicto fracasan en su obligación de protegerlos, Naciones Unidas y especialmente el Consejo de Seguridad tienen el deber de hablar y la obligación de actuar», dijo el mandatario.

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