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El “brutal” bombardeo contra Homs cumple su décimo día

La ONU alertó ayer de que Siria se sumirá “pronto” en una guerra civil si continúan los “ataques indiscriminados” contra la población civil a manos de las fuerzas gubernamentales, por lo que pidió “acción” a la comunidad internacional para que se logre el fin de la violencia.


El régimen sirio prosiguió este martes con el “brutal” bombardeo del bastión opositor de Homs, en el centro del país, objeto de una ofensiva desde hace diez días, informaron varios grupos de la oposición.

Los Comités de Coordinación Local destacaron que continúan los ataques contra el barrio de Bab Amro, el más castigado por la represión del régimen.

El grupo apuntó que varios helicópteros sobrevolaron por la mañana la ciudad a baja altura y que se oía el sonido de disparos en algunos barrios.

Las últimas informaciones daban cuenta de 40 personas muertas, la mayoría en los bastiones opositores de Idlib (norte) y Homs (centro).

Los Comités de Coordinación Local (CCL) informaron más temprano que los nuevos bombardeos se producen el mismo día en que Damasco rechazó las acusaciones de la ONU de cometer “crímenes contra la humanidad”.

La Comisión General de la Revolución Siria agregó que los ataques son indiscriminados. En la provincia sureña de Deraa, seis carros blindados irrumpieron en la localidad de Al Tiba, donde los leales al presidente Bachar al Asad han practicado varias detenciones, indicaron ambos grupos.

Estas informaciones no habían sido verificadas de forma independiente debido a las restricciones impuestas por el régimen sirio a los periodistas para trabajar.

En los últimos días, se han intensificado los movimientos diplomáticos para presionar al Gobierno de Damasco.

Hace dos días, la Liga Árabe acordó pedir al Consejo de Seguridad de la ONU formar una fuerza de paz conjunta para Siria, así como retirar a sus embajadores del país y aumentar las sanciones económicas contra el régimen de Al Assad.

La ONU alertó ayer de que Siria se sumirá “pronto” en una guerra civil si continúan los “ataques indiscriminados” contra la población civil a manos de las fuerzas gubernamentales, por lo que pidió “acción” a la comunidad internacional para que se logre el fin de la violencia.

Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, afirmó que Estados Unidos hará todo lo posible para aislar y presionar al régimen de Al Assad, y criticó los “desagradables actos de violencia” perpetrados por las autoridades sirias contra su pueblo, “que sólo busca una transición democrática y una vida mejor”.

Desde el inicio de las protestas a mediados de mayo pasado, más de 5.400 personas, entre ellos 400 niños, han muerto, según los datos de la ONU ofrecidos en enero pasado, aunque desde entonces el organismo no puede calcular una cifra fiable. La oposición siria estima que las víctimas civiles superan las 6.000 e incluso hay países, como Arabia Saudí, que hablan de más de 7.000 muertos.

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