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El último problema del 787 supone otro golpe para los objetivos de Boeing

El último problema del 787 supone otro golpe para los objetivos de Boeing

Las aerolíneas ANA y Japan Air decidieron suspender temporalmente los vuelos con el 787 Dreamliner después de que un vuelo de ANA realizara un aterrizaje de emergencia por un problema con una batería que causó olor a humo en la cabina de pilotaje. Se trata del sexto problema técnico relevante que ha afectado a unidades del 787 operadas por las aerolíneas japonesas en los últimos diez días.


El último incidente técnico de un Boeing 787, que llevó este miércoles a dos aerolíneas japonesas a suspender temporalmente los vuelos de ese avión, ha supuesto un nuevo golpe para este revolucionario modelo, con el que su fabricante espera volver al liderazgo mundial de la aviación civil.

Las aerolíneas ANA y Japan Air decidieron suspender temporalmente los vuelos con el 787 Dreamliner después de que un vuelo de ANA realizara un aterrizaje de emergencia por un problema con una batería que causó olor a humo en la cabina de pilotaje.

Se trata del sexto problema técnico relevante que ha afectado a unidades del 787 operadas por las aerolíneas japonesas en los últimos diez días.

La empresa no ha realizado hasta ahora comentarios a las noticias procedentes de Japón y el responsable de la división de Aviación Comercial, Ray Conner, canceló la mayor parte de una reunión de ejecutivos y empleados de la compañía que estaba prevista para hoy en Seattle (EE.UU.), según indicó el diario «Seattle Times» en su página web.

Las acciones de Boeing cayeron hoy un 3,38 % en la bolsa de Nueva York.

Tras los problemas ocurridos la pasada semana (varios de ellos en el aeropuerto de Boston), la Dirección estadounidense de Aeronáutica Civil (FAA) anunció el día 11 que revisaría el diseño y el procedimiento de producción de este modelo.

A pesar de la acumulación de problemas de los últimos días «no hay nada que apunte a que este modelo «sea fundamentalmente defectuoso», señaló hoy al canal financiero CNBC Richard Aboulafia, vicepresidente de Teal Group, una consultora aeronáutica con sede en Fairfax (Virginia).

Aboulafia sí reconoció que estos incidentes supondrán «enormes costes» para el fabricante y las aerolíneas. También consideró «extraño» el hecho de que estos problemas se hayan presentado cuando hay «tantos aviones en servicio» y no con el primer puñado de unidades.

Hasta ahora, Boeing ha entregado 49 unidades del 787, la mitad de las cuales son operadas precisamente por las dos aerolíneas japonesas que hoy dejaron en tierra esos aviones (17 con ANA y 7 con Japan Air).

La estadounidense United Continental dijo que revisó los seis aparatos que tiene en servicio sin haber encontrado ninguna anomalía.

Boeing necesita al 787, del que ha recibido ya un total de 848 pedidos en firme, para recuperar el liderazgo como fabricante mundial de aviones de pasajeros, un puesto de honor que en los últimos años ha perdido frente a la europea Airbus.

Por ello, esta oleada de problemas técnicos supone un duro golpe para la consolidación del avión, un proyecto revolucionario que entró en servicio en 2011, con tres años de retraso debido a problemas en su desarrollo a raíz de su novedosa arquitectura.

El 787 es el primer avión comercial de gran tamaño construido con una gran proporción de materiales compuestos (polímeros reforzados con fibra de carbono), lo que unido a unos motores más eficientes le confieren un reducido consumo de combustible y un mayor grado de rentabilidad.

Se trata de un aparato de fuselaje ancho y largas distancias pero de tamaño medio, con capacidad para entre 210 y 290 pasajeros.

Boeing incrementó en noviembre su ritmo de producción a cinco unidades mensuales, pero espera consolidarla a una cadencia de diez aviones al mes para finales de este año.

El fabricante aeroespacial, con sede en Chicago, había cerrado 2012 con cifras muy buenas en su división de aviación comercial: 1.203 unidades pedidas (la segunda mayor cifra de su historia) y 691 entregas (el número más alto desde 1999).

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