El cuerpo del comandante podría no ser embalsamado
Las calles de Venezuela fueron copadas por miles de asistentes que quisieron sumarse a la despedida del difunto mandatario. Sus restos fueron trasladados hoy desde la Academia Militar al Museo Militar donde permanecerán hasta que se decida qué hacer con ellos.
«Vaya en paz, comandante. Misión cumplida. Nada lo detuvo y nada va a detener a nuestro pueblo». Esas fueran las últimas palabras con que el presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, despidió los restos del mandatario Hugo Chávez, fallecido el pasado 5 de marzo producto de un cáncer que lo aquejó durante casi dos años. El cuerpo del líder venezolano fue trasladado este viernes desde la Academia Militar, junto a un séquito de fieles, lágrimas, flores y vítores, hasta el Museo Militar, donde serán guardados hasta que se decida su destino.
Y es que pese a que en un comienzo se informó que el difunto comandante podría ser embalsamado y expuesto en una urna de cristal, durante las últimas horas esta idea ha poco a poco sido descartada. «Va a ser bastante difícil que sea así, porque los preparativos tenían que iniciarse y la decisión se tuvo que haber tomado mucho antes», explicó Maduro.
En el discurso de despedida que dio el temporal sucesor de Chávez, prometió también que visitaría a su comandante nuevamente dentro de un mes. Sólo que entonces, llegaría ostentando el triunfo en las urnas. «Hoy 15 de marzo le juro venir aquí dentro de un mes. Vamos a amanecer aquí. Ya el pueblo lo ha decidido (…) le pido a Dios que ilumine a su pueblo para que el 15 de abril estemos aquí ya no como Presidente encargado, sino Presidente electo», aseguró Maduro, quien fue autorizado por el Tribunal Suprema de Venezuela para ejercer su cargo actual y al mismo tiempo postularse como candidato presidencial.
Todo el país observó expectante lo que fue hoy el último recorrido del mandatario venezolano. El traslado de los restos comenzó con una misa en la Academia Militar donde su hija, María Gabriela Chávez, ofreció un emotivo discurso donde recordó a su padre como un «gigante» y que las últimas palabras que él dirigió antes de morir fueron «debes ser fuerte mi María, pase lo que pase».
«Tú seguirás palpitando en mi corazón, vibrando en mis ojos, papito mío vuela, vuela libre gigante, sopla fuerte como los vientos huracanados, nosotros cuidaremos tu patria y defenderemos tu legado», aseguró.
Producto de la ceremonia, varias calles de Caracas fueron cerradas al paso de los autos. Otras, fueron saturadas por la presencia de los seguidores del Presidente. El féretro con sus restos fue llevado por soldados de caballería en uniforme de húsares al patio del recinto militar, en el que más de mil cadetes rindieron los honores correspondientes.
Entre los emocionados asistentes, se vio al presidente de Bolivia, Evo Morales, fiel amigo del difunto comandante, quien la semana pasada asistió al funeral organizado por el Gobierno de Venezuela, al que asistieron una treintena de jefes de Estado y de Gobierno.
En ataúd fue trasladado en un coche fúnebre, seguido de una caravana de automóviles sin hasta el lugar que se convertiría en destino. Aviones Sukhoi sobrevolaron el cielo durante la ceremonia en el patio militar.
