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La vida en el callejón de los tornados

La vida en el callejón de los tornados

Oklahoma City queda en la zona de mayor actividad de tornados en EE.UU., pero un periodista peruano que lleva 23 años allí dijo a BBC Mundo no haber sentido algo semejante a lo del pasado lunes.


La ciudad de Moore, Oklahoma, devastada este lunes por un gigantesco tornado de un kilómetro y medio de diámetro, queda en el paso de lo que coloquialmente se llama el Callejón de los Tornados de Estados Unidos.

Las características meteorológicas producidas por el choque de aire seco y frío del norte, aire seco y caliente del suroeste y humedad del Golfo de México hacen que este fenómeno se produzca con mayor intensidad y frecuencia entre las cordilleras Rocosas y Apalaches y las grandes llanuras de Estados Unidos. Es decir: Texas, Kansas y Oklahoma.

Aunque Texas registra el mayor número de tornados que cualquier otro estado de la unión, Kansas y Oklahoma son donde más se presenta este fenómeno por kilómetro cuadrado.

Hasta mil al año

La población de Oklahoma está acostumbrada a los tornados pero el del lunes fue devastador.

La población de Oklahoma está acostumbrada a los tornados pero el del lunes fue devastador.

Carlos Ortiz, un periodista peruano en Oklahoma City, ha vivido desde hace 23 años en este Callejón de los Tornados y se encuentra a unos diez minutos del suburbio de Moore. Ortiz dijo a BBC Mundo que ha tenido experiencias muy cercanas con tornados pero ninguna como lo que sucedió el lunes.

«Aquí tenemos entre 700 y 1.000 tornados al año, pero no son de la magnitud, ni con el poder destructivo ni afectando una zona tan poblada como esta vez», afirmó el editor del diario El Nacional de Oklahoma, que informa a la comunidad hispana de la región.

«Desde 1999 no se veía algo así, una categoría poco usual y de una amplitud que abarcaba tres o cuatro cuadras. Por eso la destrucción y las fatalidades», explicó.

Una escala de seis grados, del F0 al F5, mide la fuerza de un tornado. El del lunes fue categoría F5, con vientos de por lo menos 320 kilómetros por hora. El de 1999, que afectó también a Moore, también fue de categoría F5.

Aunque mayo se conoce como la temporada de tornados y los meteorólogos pueden emitir advertencias, lamentablemente no se pueden predecir el momento exacto ni la ruta que van a tomar.

«Desde el momento en que se produce un tornado hasta que toca tierra pasan pocos minutos», dijo Ortiz.

Como un bombardeo aéreo

Desafortunadamente, comentó el periodista, aún si se está alertado de que viene uno de estos torbellinos, por solo vivir en el Callejón de los Tornados la gente no toma las precauciones debidas.

El periodista peruano, Carlos Ortiz, lleva 23 años viviendo en Oklahoma.

El periodista peruano, Carlos Ortiz, lleva 23 años viviendo en Oklahoma.

«Faltando una hora se avisó que iba a pasar pero aquí vivimos como en el cuento del lobo feroz, nadie cree que les va a tocar y se descuidan un poco. Pero faltando unos minutos, cuando todos los canales de televisión empezaron a dar la alerta, se dieron cuenta de que venía uno tremendo».

Lo que sigue es como si fuera una población amenazada por un bombardeo aéreo en una guerra, describió Carlos Ortiz. Se escuchan sirenas por toda la ciudad y todo el mundo corre a buscar refugio.

«El ambiente es eléctrico cuando suenan las alarmas. Uno tiene que decidir muy rápido entre buscar refugio o no hacerle caso y ver si puede sobrellevar la tormenta. Si se tiene familia tiene uno que ver cómo protegerlos», describió.

Si no se tiene acceso a un refugio subterráneo, la recomendación que dan las autoridades es esconderse en el sitio más interno de la casa pero Carlos Ortiz considera que eso es inútil cuando se trata de un tornado de la potencia que sintieron el lunes.

«Cuando un tornado de esos pasa, se lleva toda la casa, no sólo la parte de afuera, así que no hay salvación. El que no está bajo tierra no puede sobrevivir», declaró.

Según el periodista, apenas un 20% de las casas en el área tienen este tipo de refugios subterráneos, el resto debe buscar sitios públicos para protegerse.

Oklahoma tiene refugios reforzados en cientos de escuelas por todo el estado, pero una autoridad del Departamento de Emergencias indicó que las dos escuelas que fueron afectadas el lunes, y donde perdieron la vida por lo menos siete menores, no contaban con estos recintos.

No obstante, el funcionario expresó que no necesariamente esos refugios hubieran salvado más vidas en la escuela elemental de Plaza Towers.

Recuperación

Desde que anocheció, informó el editor del diario local, comenzaron las labores de rescate y de limpieza. La gobernadora declaró estado de emergencia y alertó a la guardia nacional.

«Durante toda la noche estos grupos han sacado de algunos refugios subterráneos aproximadamente un centenar de personas porque los refugios habían sido tapados con los escombros que depositó el tornado».

Aunque solo se han rescatado un par de animales con vida y no se han encontrado sobrevivientes, el número de muertos es menor a lo que originalmente se había estimado.

Hasta ahora las víctimas mortales se confirma oficialmente en 24 pero la devastación y la pérdida, especialmente las muertes de los niños, han afectado hasta a los más acostumbrados a ver este tipo de azotes de la naturaleza.

«En mis 35 años como periodista, no he visto a tanto reportero curtido con la noticia quebrarse con la tragedia que afecta a tantas familias aquí en esta zona», afirmó Ortiz. «He visto periodistas que, al caminar nada más entre los escombros de la escuela, han soltado el llanto mientras han estado dando las noticias».

En cuanto a los latinos, la ciudad de Moore tiene una importante y pujante población hispana, con muchos profesionales y gente que vive allí desde hace muchos años. El tamaño de la comunidad está reflejado en el tiraje de 18.000 ejemplares del diario El Nacional de Oklahoma.

«Hasta este momento no ha habido víctimas hispanas, pero hemos contabilizando como una docena de casas de hispanos totalmente destruidas», confirmó.

«Quienes vivimos muchos años en Oklahoma ya estamos acostumbrados a esto y sabemos que hay que recuperarnos inmediatamente. Es gente que cree en este lugar porque, aún después del tornado del 99 regresó a construir acá», aseguró. «En este minuto estamos trabajando para ayudar a esa recuperación».

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