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Amnistía Internacional acusa a los gobiernos de América de ser hipócritas frente a la tortura

Amnistía Internacional acusa a los gobiernos de América de ser hipócritas frente a la tortura

En un informe dado a conocer hoy por el movimiento global se indica que “los malos tratos son generalizados en el continente y, pese a que se cuenta, a nivel tanto regional como nacional, con algunas de las leyes y los mecanismos contra la tortura más sólidos del mundo”. El documento destaca que de estos atropellos civiles los “responsables rara vez comparecen ante la justicia”. En el caso de Chile se acusa que los actos de tortura ocurridos en la dictadura militar “aún no se han enjuiciado, en muchos casos a causa de las leyes de amnistía”.


Los gobiernos de América mantienen una actitud hipócrita respecto a la tortura. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional (AI) hoy, al lanzar su última campaña global, Stop Tortura.

“La tortura y los malos tratos son generalizados en el continente y, pese a que América cuenta, a nivel tanto regional como nacional, con algunas de las leyes y los mecanismos contra la tortura más sólidos del mundo, los responsables rara vez comparecen ante la justicia”, señala AI en un comunicado de prensa.

“Los gobiernos de América no practican con el ejemplo”, ha manifestado Erika Guevara Rosas, directora del Programa para América de Amnistía Internacional.

“El impresionante despliegue de mecanismos jurídicos establecidos en América para prevenir y castigar la tortura es eludido a diario. Esta situación debe terminar.»

La campaña Stop Tortura tendrá una duración de dos años y se ha lanzado junto con un nuevo informe, titulado La tortura en 2014: 30 años de promesas incumplidas, que ofrece una perspectiva general del uso de la tortura en el mundo hoy día.

En los últimos cinco años, Amnistía Internacional ha informado sobre la tortura y otras formas de malos tratos en al menos 141 países de todas las regiones del mundo: prácticamente todos los países en los que la organización trabaja.

En varios países de América, el uso de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes es una práctica habitual, y una gran parte de la población lo acepta como respuesta a los altos índices de delincuencia violenta.

En el caso de Chile, AI acusa que los actos de tortura ocurridos en la dictadura militar “aún no se han enjuiciado, en muchos casos a causa de las leyes de amnistía”, al igual que en países como Uruguay y el Salvador, que tuvieron regímenes totalitarios similares.

Caso aparte es Brasil y México, en donde el 80% y 64% de sus ciudadanos, “temen ser torturados si son puestos bajo custodia”, respectivamente.

“La tortura se sigue utilizando como forma de castigo contra reclusos o para obtener confesiones de presuntos delincuentes. Tanto la tortura como los malos tratos son utilizados para controlar y castigar las manifestaciones públicas en lugares como Brasil, México y Venezuela”, indica AI.

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