Lo llaman «El monstruo de Monserrate» porque vivía en el cerro de ese nombre que marca el límite oriental de la capital colombiana. Según su propia confesión mató a más de una decena de mujeres.
En Colombia a Fredy Valencia lo han bautizado como «El monstruo de Monserrate».
De Monserrate, porque allí vivía, en un cambuche (vivienda precaria), sobre la ladera del cerro de ese nombre que marca el límite oriental de Bogotá.
Monstruo, porque según su propia confesión mató a varias mujeres.
Hasta ahora en los alrededores de su cambuche la policía encontró nueve cuerpos; este viernes buscaban otros siete, cubriendo una área de hasta 200 metros a la redonda de su humilde vivienda.
Según explicó la directora de la seccional Bogotá de la Fiscalía de Colombia, Carmen Torres, el mismo Valencia contó que llevaba a las víctimas al lugar donde vivía, les ofrecía comida y luego les pedía que tuvieran relaciones sexuales con él.
Cuando se negaban, las mataba y las enterraba.
Hasta el jueves la policía había encontrado nueve cuerpos cerca de la vivienda de Valencia.
Algunos de los cuerpos fueron hallados, según la policía, bajo en colchón y envueltos en plástico.
La primera víctima había sido encontrada, narró Torres, por la información de vecinos, a los que la presencia de profundos olores les habían hecho levantar sospechas.
Los restos que se han descubierto hasta ahora se encuentran en Medicina Legal, siendo analizados para confirmar sexo, causa y posible fecha de la muerte.
ONU Mujeres y la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia han emitido un comunicado respecto al caso.
Unos vecinos sospecharon algo por un fuerte olor que salía de los alrededores de la vivienda del hombre.
Allí dan por descontado que las víctimas sí son mujeres y dicen estar preocupados por estos casos de feminicidios (homicidios de mujeres cometidos y motivados por razones de género y discriminación hacia las mujeres).
«Estos feminicidios», continúan, «son la consecuencia de la permisividad social de la violencia contra las mujeres y de la falta de una intervención oportuna por parte de las instituciones para protegerlas y prevenir la ocurrencia de estas muertes».
De acuerdo con las oficinas de la ONU, en los casos confesados por Fredy Valencia la situación de vulnerabilidad de las mujeres estaba incrementada por su situación socioeconómica y de adicción a sustancias psicoactivas. «Elementos que en los casos de las víctimas se constituyeron en facilitadores de los feminicidios».
Según la información que se conoce del caso, Valencia contactaba a sus víctimas en una zona de consumo de drogas de Bogotá conocida como el «Bronx».
Por lo pronto la Fiscalía le ha imputado a Valencia el delito de homicidio agravado por la primera víctima encontrada en el cerro.
El hombre, quien está detenido desde el martes pasado y del que está pendiente un examen psiquiátrico, podría enfrentar 33 años de prisión.
Aunque esa condena podría incrementarse ya que, informó Torres, la Fiscalía evalúa imputarlo por los otros homicidios.
La policía continúa buscando cuerpos en hasta 200 metros a la redonda de la casa.
