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Comisión Europea: «Nadie debe dar lecciones a los servicios de seguridad belgas»

Comisión Europea: «Nadie debe dar lecciones a los servicios de seguridad belgas»

«¿Quién no tiene culpa en el ámbito del terrorismo?. Ha habido un terrorismo duro y pesado en Reino Unido. Hubo en los años 80-90 en Alemania, en España, en Italia, etcétera», recuerda el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker.


El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, opina que los servicios de seguridad belgas no deben recibir lecciones de nadie, y recuerda en declaraciones al diario «Le Soir» que el terrorismo ha afectado a otros países, como España, Reino Unido, Italia o Alemania.

El presidente del Ejecutivo comunitario rechaza las críticas que Bélgica recibe en los últimos meses, que aluden a la supuesta ineficacia de sus servicios de seguridad.

A la vez, constata la lentitud con la que avanza el intercambio de información entre los servicios secretos de los Estados miembros de la Unión Europea (UE).

«¿Quién no tiene culpa en el ámbito del terrorismo?. Ha habido un terrorismo duro y pesado en Reino Unido. Hubo en los años 80-90 en Alemania, en España, en Italia, etcétera», recuerda Juncker.

El presidente de la CE dice que el terrorismo que tuvo lugar entre las décadas de los años 60 y 90 del siglo pasado en algunos países parecía afectar menos a la gente que los ataques de ahora, y admite que a ese fenómeno se suma la dimensión de los «fanáticos religiosos que llevan nombres que no son belgas, luxemburgueses, alemanes o franceses».

«Es como si el terrorismo que nos golpea hubiera sido importado (…) mientras que quienes cometen estos actos han nacido aquí, como muchas veces sus padres, han seguido nuestros sistemas escolares, etcétera», señala.

Aunque reconoce que los países europeos no han funcionado bien en materia de integración, subraya que el no quiere ceder «al reflejo simplista que quisiera llevar todo esto a una cuestión de religión o de integración fallida».

«Estoy triste, pero no desesperado», dice el presidente del Ejecutivo comunitario, que añade que siente «un impulso de optimismo» después de haber ido el miércoles con el primer ministro belga a la plaza de la Bolsa, donde se produjo una concentración ciudadana, tras los atentados el martes en el aeropuerto de Zaventem y la estación de Maelbeek, en Bruselas.

En esa concentración, Juncker explicó que vio a jóvenes «que oponen un mensaje de amor a esos discursos y actos de odio», lo que consideró «reconfortante».

«En un momento en que todo nos invita a no ser tolerantes, los jóvenes belgas y de Bruselas hacen gala de una tolerancia valiente. Muchas personas, bomberos, policías, civiles, han participado estos últimos días en actos de homenaje. Los belgas pueden estar orgullosos hoy, muchas veces no lo están lo suficiente», opina.

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