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Mientras Cali comienza a recuperar la calma tras violentas protestas ONU y UE piden diálogo como «instrumento fundamental» para crisis en Colombia MUNDO Crédito: EFE

Mientras Cali comienza a recuperar la calma tras violentas protestas ONU y UE piden diálogo como «instrumento fundamental» para crisis en Colombia

Colombia pasa por un inédito levantamiento popular que detonó una propuesta de Duque para aumentar los impuestos a la empobrecida clase media, con el fin de tapar el hueco fiscal dejado por la pandemia. El mandatario cedió a la presión de las manifestaciones y archivó la iniciativa, pero la violencia policial agravó el malestar social. Los excesos de la policía, que en el país depende del ministerio de Defensa, han sido condenados por la comunidad internacional. Según la ONG Indepaz, 43 de las muertes serían de «presunta autoría de la fuerza pública». En los barrios deprimidos de Cali, donde se ensaña la violencia policial, la llegada de los militares sucita cierto temor. «Solo el diálogo, no las armas, pueden garantizar los derechos de todos y todas», dijo la representación en Colombia de la oficina dirigida por la expresidenta Michelle Bachelet en su cuenta de Twitter.


La ONU y la Unión Europea (UE) insistieron este sábado en el diálogo para solucionar la crisis que enfrenta Colombia, tras un mes de protestas que siguen dejando muertos por los enfrentamientos con la Policía y la irrupción de hombres armados en las movilizaciones.

«Hago un llamado a todos los actores a prevenir y eliminar la violencia y hacer todo lo posible para disminuir las tensiones y evitar su escalamiento», dijo este sábado en un comunicado el representante del secretario general de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, donde insistió en «la necesidad de fortalecer el diálogo como instrumento fundamental para resolver los conflictos».

Después de los «graves acontecimientos en Cali» del viernes, cuando se cumplía un mes de movilizaciones sociales y políticas en el país y hubo 13 muertes de los cuales al menos 3 tienen relación con las protestas, el representante de la ONU considera que «en cualquier circunstancia, incluso en las más difíciles, tenemos que impulsar el diálogo».

Por su parte, 17 embajadores de la Unión Europea en Colombia respaldaron hoy «el diálogo y la negociación como única vía para una salida sostenible a la crisis», y pidieron al Gobierno y al Comité Nacional del Paro a «aprovechar la reunión de mañana para alcanzar los consensos necesarios», como explicaron varios embajadores, entre ellos el de España, Marcos Gómez, en sus cuentas de Twitter.

De la misma forma se había mostrado la oficina de la ONU para los Derechos Humanos que este viernes por la noche también hizo un «llamado urgente a retomar la vía del diálogo para dar respuesta a las preocupaciones de todas las personas y el respeto irrestricto a los derechos humanos».

«Solo el diálogo, no las armas, pueden garantizar los derechos de todos y todas», dijo la representación en Colombia de la oficina dirigida por la expresidenta chilena Michelle Bachelet en su cuenta de Twitter.

La tercera ciudad más importante de Colombia volvió a ser el epicentro de la violencia durante las protestas que el viernes cumplieron un mes y en las que hubo 13 homicidios, la mayoría por armas de fuego, según la Alcaldía, que puntualizó que aún no se ha establecido si todas las muertes están relacionadas con las protestas.

«La vía es el diálogo», dijo en la misma línea el defensor del pueblo, Carlos Camargo, este sábado durante una visita a la ciudad de Cali.

«Invito a las partes a que declaren la sesión permanente y no se levanten de la mesa hasta que lleguen a un acuerdo, les invito a que pongan sobre la mesa su sentido de país, su creatividad y su buena fe», alegó Camargo, haciendo referencia al diálogo que mantiene el Gobierno con el Comité Nacional del Paro que avanza sin ningún logro.

Miles de personas siguen saliendo a las calles desde el 28 de abril, para mostrar descontento social del segundo país más desigual de Latinoamérica y en unas movilizaciones que han involucrado bloqueos, algún acto de vandalismo y también el uso desproporcionado de la fuerza por la parte de la Policía, que ha dejado al menos 43 muertos, la mayoría en Cali.

Cali comienza a recuperar la calma tras violentas protestas

Calles vacías y patrulladas por militares y policías se veían este sábado en la ciudad colombiana de Cali, después de la ola de violencia del viernes que dejó 13 muertos y duros enfrentamientos entre manifestantes y la fuerza pública en los que también irrumpieron civiles que abrieron fuego contra los primeros.

La tercera ciudad más importante de Colombia volvió a ser el epicentro de la violencia durante las protestas que el viernes cumplieron un mes y en las que hubo 13 homicidios, la mayoría con arma de fuego, según las autoridades.

Justamente por eso, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, calificó el 28 de mayo como un día «fatídico» y «doloroso», aunque precisó que todavía no se ha podido establecer si todas las víctimas están relacionadas con la jornada de protestas.

La Policía Nacional, que registró 10 homicidios en Cali ayer, alegó que «solo tres de ellos coinciden con lugares donde tuvieron lugar actividades de protesta» y el resto «estarían relacionados con ajustes de cuentas entre estructuras delincuenciales, intolerancia y sicariato».

Por eso es difícil establecer cuántos de estos homicidios fueron cometidos por los hombres armados que ayer salieron a desbloquear las calles y a disparar contra los encapuchados a los que atribuyen el caos y el vandalismo en la ciudad.

El director de Investigación Criminal e Interpol de la Policía, general Fernando Murillo, reconoció hoy estos hechos y dijo que «se presentó una situación especial donde unas personas de civil utilizaron unas armas de fuego indiscriminadamente contra otras personas» bajo la mirada impasible de las fuerzas de seguridad.

Además, varios periodistas denunciaron ayer agresiones por parte de la Policía justamente cuando intentaban informar sobre estos casos.

Según la Policía, en lo que va de mayo han sido perpetrados en Cali 148 homicidios, casi el doble del mismo mes de 2020, cuando hubo 79, o los 71 de abril último, y no se sabe cuántos de esos crímenes tienen relación con las protestas.

La ONG Temblores y el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) contabilizan 60 muertes en el marco de las protestas, de las cuales 43 se las atribuyen a la fuerza pública. De las muertes totales, 39 sucedieron en Cali, la mayoría en la primera semana de protestas.

La Fiscalía, por su parte, contabiliza 43 muertes, aunque solo «17 de ellas tienen nexo directo en el marco de las protestas» y sigue buscando a 123 personas dadas como desaparecidas en las protestas.

Permanecen los bloqueos

En los disturbios de ayer hubo además 34 personas lesionadas y tres incendios de edificios, entre ellos un comercio de la franquicia Dollar City donde hallaron al menos un cuerpo calcinado, según cifras oficiales.

En Cali, capital del departamento agroindustrial del Valle del Cauca, hay siete bloqueos en zonas importantes, que se han catalogado como «puntos de resistencia», ubicados en barrios humildes y donde las protestas han cogido mucho fuelle.

Mientras la Alcaldía entregaba balance de pérdidas humanas y daños materiales, el presidente colombiano, Iván Duque, que se trasladó el viernes a Cali y ordenó el «máximo despliegue» militar para restaurar el orden, hizo hoy un recorrido por la ciudad.

Según el Gobierno, Duque ordenó el desplazamiento de 1.141 hombres del Ejército que llegaron a Cali para contribuir a mejorar la movilidad y seguridad de la población así como para custodiar sitios estratégicos y remover escombros usados en los bloqueos.

En la mañana de este sábado visitó sitios que no han tenido mayor alteración del orden público y bajó de su vehículo para atender reclamos de los ciudadanos, alguno de los cuales lo increpó con gritos de «asesino».

Anoche, recién llegado a Cali, Duque estuvo en el sector residencial de Ciudad Jardín, donde se vieron las imágenes más fuertes de civiles con armas de largo alcance. Allí, donde cuenta con más apoyo que en los barrios humildes, una multitud le rogaba para que levantara los bloqueos que los tienen «secuestrados desde hace cuatro semanas».

Pánico y terror

Después del día de terror vivido el viernes, los caleños amanecieron con pánico debido a que cadenas falsas de WhatsApp alertaban sobre un supuesto bloqueo de 1.080 ciudades de toda Colombia a partir del próximo lunes.

Eso hizo que en los supermercados se vieran filas de gente ansiosa por aprovisionarse de artículos de primera necesidad.

Entre tanto, el megacentro de vacunación contra la covid-19 ubicado en el deprimido Distrito de Aguablanca tuvo que ser cerrado por amenaza de bomba, alertó el alcalde, lo que dificulta la campaña para contener la pandemia que está en el tercer pico en Colombia actualmente, con más de 450 muertes diarias.

En el resto del país, donde decenas de miles de personas siguen saliendo a las calles desde el pasado 28 de abril, la situación también está en calma, con pocas movilizaciones, después de la resaca de ayer, en el que se conmemoró un mes de descontento social del segundo país más desigual de Latinoamérica.

El gobierno evita condenar abiertamente la represión policial y asegura estar enfrentando vandalismo y «terrorismo urbano de baja intensidad». También denuncia que grupos guerrilleros financiados por el narcotráfico infiltraron el movimiento de protesta.

Luis Felipe Vega, profesor de ciencias políticas en la Universidad Javeriana, cuestionó la medida. Es como «apagar un incendio con gasolina», ya que un soldado está formado para «neutralizar una amenaza», no para controlar protestas, dijo a la AFP.

Rechazado por 76% de la población, Duque intenta desde hace dos semanas intenta negociar una salida a la crisis con el frente más visible de las protestas. Pero se encuentra bajo presión de su partido, el Centro Democrático (derecha), que reclama mano dura a un año de elecciones.

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