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Proyecto Trillium

Manuel Baquedano
Por : Manuel Baquedano Sociólogo. Instituto de Ecología Política.
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Las forestales apuestan a ganador en su juego con el gobierno. Amenazan con irse del país, tratando de obtener mejores condiciones de explotación, sobre todo respecto de las frágiles reglas de protección al medio ambiente. Como en un juego de póker, ahora se tratan de revelar las intenciones reales del opositor, tratando de no perder la fe en sus propias cartas. Esta es la conclusión a la que llegamos, luego de la amenaza de Trillium de trasladar sus oficinas a Río Grande (Argentina), para iniciar un nuevo tipo de actividad silvícola a fines de este año, como fue señalado en El Diario, el 18 de agosto.

Lo primero que debe asumir el gobierno, es que se irían las dos forestales más dañinas de Chile (Boise-Cascada y Trillium) lo que, ciertamente, no implicará ningún daño al país. Cascada ostenta un prontuario internacional escabroso. Es mas, varios países de América se han concertado para erradicar definitivamente a la empresa. Por esto la satisfacción producida en cuanto a la cancelación del proyecto forestal Cascada Chile en la X región. Los argumentos para la actitud gubernamental chilena eran variados: desde participación en la tortura y violación de los derechos humanos de 16 campesinos en México, pasando por conflictos con ecologistas en EE.UU., hasta el argumento de más peso a nivel nacional: el proceso jurídico en Canadá, que tuvo como objetivo demostrar que el proyecto forestal Cascada no se acogió en ningún momento a la legislación ambiental chilena.

En nuestro país, los sectores empresariales ven con recelo este tipo de paralizaciones. Jaime Dinamarca señaló por la cancelación de Cascada: «Objetivamente, creo que no están dadas las condiciones para invertir en nuestro país», lo que refleja fielmente el pensamiento de quienes se postulan por el «desarrollo del país».

Volviendo al caso Trillium, el abogado Fernando Dougnac presentó recientemente un recurso de protección contra la aprobación del proyecto forestal Trillium que realizaría la explotación de lenga y coigüe en Tierra de Fuego. El Estudio de Impacto Ambiental de Trillium no consideró la Línea de Base. Por eso, no se conocen los efectos medioambientales del proyecto, ni las condiciones actuales del terreno. Es más, frente a la eminente tala de 2.700 hectáreas por año por parte de esta empresa, y tal como lo afirmaran expertos del Instituto Nacional de Bosques de Francia, el bosque comercial de Tierra del Fuego se acabaría en 25 años bajo este ritmo de explotación.

Lo más sorprendente de este proyecto forestal es que sería subsidiado por el Estado chileno. La mentira radica -en que según esta empresa- se protegerían 70 mil hectáreas de la zona, lo que es una falacia, pues de estas 70 mil son sólo 10 mil las que albergan bosques, recibiendo por ello beneficios económicos, manteniendo, por otro lado, la explotación de 2.700 hectáreas por año.



Dougnac y la Fiscalía del Medio Ambiente (FIMA), enfatizan en que la norma vigente no permite cortar árboles en pendientes de más de 45 grados o cerca de ríos, mientras que Trillium no ha dado suficiente información ni sobre pendientes, ni sobre la existencia de ríos en el área de talaje.

Debemos recordar que la conciencia ciudadana de nuestro país, ha crecido eficazmente y no permitirá que se consume un atentado tan nefasto a la naturaleza virgen del extremo sur de Chile. Además, es fundamental que este gobierno cumpla su compromiso ambiental de protección a patrimonios tan valiosos como el de los bosques subantárticos de Tierra del Fuego.

La campaña del terror que ha tratado de imponer el sector empresarial, no existe. Las posibilidades de crecimiento económico no están acabadas. Surgirán nuevas empresas con un manejo ético en sus actividades económicas, amigables con el medio ambiente, que basarán el desarrollo de la zona en el manejo sustentable de bosques, ecoturismo y una infinita gana de proyectos económica y ecológicamente sustentables.



*El autor es Director del Instituto de Ecología Política en Santiago de Chile

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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