En el transcurso del presente mes debería presentar sus Cartas Credenciales al gobierno de Ricardo Lagos el nuevo embajador alemán Georg Dick.
Este hecho no tendría nada de particular, salvo que es un símbolo de real importancia: Dick es el primer embajador que pertenece a un partido verde y ha sido América Latina -y especialmente Chile- el lugar elegido para este significativo acontecimiento.
Sin lugar a dudas, nuestro continente se está convirtiendo en una zona de alto interés político verde a través del despliegue de sus fuerzas. Tan sólo en el año 2000 se han presentado varios sucesos que así lo indican: el triunfo de Vicente Fox respaldado por la Alianza conformada entre el Partido Verde Mexicano (PVEM) y el Partido Alianza Nacional (PAN) al llegar al gobierno mexicano a través de las elecciones presidenciales.
Otro es el caso de Brasil, en donde el Partido Verde ha logrado en estos días una representación de 13 alcaldes y 330 concejales en todo el país. Y no podemos dejar de mencionar la especial relevancia que ha adquirido la candidatura ecologista de Ralph Nader quien, según las encuestas, cuenta hoy con un 5% en las votaciones para las elecciones de diciembre próximo en los Estados Unidos, lo que permitiría al Partido verde de este país del norte convertirse en la tercera fuerza a nivel nacional, con una enorme capacidad gravitante dentro del monopolio político de republicanos y demócratas.
Todos estos hechos no son aislados y seguramente tienen que ver con la llegada del embajador verde alemán a nuestra región, pero ¿por qué a nuestro país?. A esta pregunta surgen diversas interpretaciones posibles:
1.- ¿Para apoyar a Lagos? (Recordemos que en Alemania gobierna una coalición socialista verde). Esto no se descarta.
2.- ¿Para tener una mirada estratégica del cono sur y del curso de los tratados de comercio entre nuestro país y Europa, y entre el Mercosur y el conglomerado europeo?. Es muy probable.
3.- ¿Para solucionar en definitiva el tema de Colonia Dignidad?. Dick ha sido activo militante contra Pinochet en Alemania, y esto correspondería a una «limpieza de imagen» del país germano. Esta también es una gran probabilidad.
Todas estas menciones pertenecen a la realidad, pero a nuestro juicio, también existe otra interpretación complementaria a las anteriores y dice relación con una mirada mucho más estratégica, que equivale a la posibilidad que representa el mostrar la imagen de Partidos Ecologistas con capacidad de gobernar, de dirigir los destinos del país, aspecto al que la clase político-empresarial chilena y latinoamericana debería ir acostumbrándose a la idea de que los ecologistas pueden ser posibilitadores de la gobernabilidad respecto de los conflictos ambientales y que estos pueden tener un mejor desarrollo que el esperado con la presencia de partidos ecologistas significativos, con estrategias a largo plazo en vez de la existencia de presiones ambientalistas que sólo responden a conflictos coyunturales.
Es por esto que la presencia de Georg Dick en Chile se transforma en una buena oportunidad para promover a los verdes en la política chilena, generando espacios y la costumbre de que los verdes participen en la política y en asuntos de Estado.
En definitiva, aquellos que crean que el nuevo representante del gobierno alemán en Chile estará presente en los meetings ambientalistas chilenos, se equivocan. Probablemente se le verá con mayor frecuencia en público con empresarios, fuerzas armadas, parlamentarios y gremios de la sociedad chilena, mostrando que un verde bien puede defender y representar los intereses de un gobierno, en este caso el de Alemania, pero que podría ser en el futuro el caso de Chile o de cualquier parte del planeta.
*Presidente del Instituto de Ecología Política de Chile
