Miles de mujeres al largo del planeta toman diariamente su pastilla anticonceptiva, como una manera segura de prevenir un embarazo no deseado. Pero, la mayoría de ellas, viven con la preocupación de que esa pequeña píldora que consumen día tras día, les traerá efectos secundarios nada de agradables, como subidas de peso, alteraciones en la piel, aumento el vello corporal y cambios de estados de ánimo.
Sin embargo, todas esas aprehensiones ya son parte del pasado. Hoy en día, las usuarias ya no tienen que temer sufrir trastornos físicos o sicológicos debido a la ingesta de anticonceptivos orales, puesto que los nuevos compuestos que contienen son, por el contrario, una gran ayuda para nuestro organismo. Y, sin duda que una de las sustancias más beneficiosas para la mujer que contienen algunas de las nuevas pastillas anticonceptivas, es la hormona llamada drospirenona.
Este progestágeno es el principal responsable de los llamados «beneficios no contraceptivos» que están ayudando a mejorar la calidad de vida de millones de usuarias, ya que una de sus características principales es bloquear la aldosterona, hormona secretada por la glándula suprarrenal que ayuda a la retención de líquidos.
Es decir, el consumo diario de anticonceptivos que contienen drospirenona, ayuda a mantener o incluso a bajar el peso corporal, junto con evitar la molesta hinchazón producida por la retención de líquidos y colaborar con la disminución de las elevaciones en la presión arterial.
Pero eso no es todo. La drospirenona también contribuye a que el aspecto de la piel y cabello mejore considerablemente, evitando por ejemplo, la salida del acné facial. Esto se debe a que otra de las cualidades de este nuevo componente, es controlar el exceso de andrógeno, hormona masculina que producen las mujeres. Además, su efecto anti-androgénico produce cambios favorables en el perfil de lípidos, logrando así una disminución en los niveles de colesterol.
Y, sumado a todo lo anterior, la drospirenona también ayuda a que las mujeres no sufran esos molestos cambios anímicos. Es decir, este nuevo componente entrega tanto bienestar físico como emocional a las consumidoras, ya que junto con controlar la natalidad, también pueden alcanzar una mejor calidad de vida.
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