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Gonzalo Rojas en Cuba


El poeta chileno Gonzalo Rojas estuvo invitado recientemente a Cuba. No fue un invitado común y corriente porque él es un poeta reconocido y valorado. Ha obtenido importantes premios. Especialmente el «Cervantes» en 2003, que muchos consideran el Nóbel para el mundo hispano. Lo más interesante es que fue invitado oficialmente -y él aceptó- por el aparato político y cultural del gobierno de Cuba. Una invitación de Estado, podría decirse, y por eso su participación un discurso inaugural ante «Casa de las Américas» a fin de enero de 2008 y declaraciones públicas que hizo en diarios cubanos, son importantes analizarlas. Pero es una invitación que me parece discutible intelectual y políticamente.



O sea que el poeta Gonzalo Rojas no fue únicamente ni expresamente invitado como un artista, sino también como un intelectual y ciudadano que concuerda con el gobierno cubano y le manifiesta su irrevocable solidaridad (en su discurso señaló claramente su apoyo a Fidel Castro y a la revolución cubana). Por eso, no es un azar que en el discurso que dio Gonzalo Rojas estuviera presente el presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón; el ministro de Cultura, Abel Prieto; y el director de «Casa de las Américas», Roberto Fernández Retamar (también es miembro del Consejo de Estado). Las máximas autoridades políticas y culturales de Cuba recibieron con los brazos abiertos y escucharon atentos y complacidos lo que dijo el poeta chileno, Premio «Cervantes» 2003. (Nota 1)



Queda claro que, por parte del gobierno cubano, es políticamente e ideológicamente importante que un escritor latinoamericano con tal renombre y prestigio poético esté cerca o muy cerca de la revolución cubana en estos momentos. En Cuba todo es político o ideológico y todo el mundo sabe eso. El hacer, por ejemplo, cola por una hora o más para recibir los productos de la libreta de abastecimiento (o racionamiento) en Cuba es político e ideológico. Tener que ganar en pesos en Cuba y comprar en moneda convertible (similar a tener euros) es político e ideológico, porque ha creado un «apartheid» desvergonzarte. No tener los escritores y la gente en general acceso a Internet o información alternativa, aparte del «Granma» o los únicos canales de la TV cubana, es absolutamente político e ideológico porque se vive entonces en un Estado totalitario dirigido por un solo partido e ideología.



Por ello, que un poeta con el Premio «Cervantes» en Cuba, leyendo ante las máximas autoridades del régimen, no pasará inadvertido y es posible que levante posiciones o contrarias (como mi columna aquí) o a favor de su visita allí. Pero lo cierto es que la polémica no tendrá jamás una discusión abierta en Cuba misma, por la censura a pensar distinto, sino que la tendrá fuera de la isla. De allí que la importancia de la visita oficial de Gonzalo Rojas sea distinta a la que pudiera hacer él leyendo antes los Reyes de España o ante cualquiera otra autoridad de países democráticos y no dictatoriales. Lo cuestionable, y el misterio para mí, cuando sabemos que el socialismo real ha fracasado, es esa solidaridad obsesiva y ciega de ciertos intelectuales y escritores con el gobierno cubano donde se ha probado allí la persecución a escritores, periodistas, e intelectuales. A los que no se les deja hablar libremente en su propio país, marginándolos, encarcelándolos, no publicándolos u olvidándolos. Todo lo anterior ocurrió en los regímenes socialistas de la cual Cuba no queda excluida.



Lo anterior está perfectamente demostrado con el reciente blog de Yoani Sánchez, joven intelectual, quien escribe desde dentro de Cuba manifestando su protesta por una censura clara y fuerte contra intelectuales, periodistas y gente en general que opina diferente. Véase el blog de Yoani y especialmente su última columna que habla de la censura realizada en la misma «Casa de las Américas», allí donde el mismo Gonzalo Rojas leyó con toda «libertad» en la sala «Che Guevara».



El poeta Gonzalo Rojas ignora lo que ocurre en Cuba o poco le interesa. Lo curioso es que él mismo, en visita a Miami en 1996, dijo textualmente (y citado recién por el periodista Wilfredo Cancio Isla): «Rojas fue homenajeado en la Feria Internacional del Libro de Miami de 1996 y estuvo invitado a la edición del 2006, pero declinó su asistencia a última hora por razones personales. Durante anteriores visitas a Miami, periodistas y escritores locales recuerdan sus diatribas contra el socialismo y la figura de Fidel Castro, algunas de las cuales se conservan grabadas. En encuentros en Miami y en Chile con exiliados cubanos, Rojas se lamentaba por la represión y la intolerancia política en Cuba, y narraba con indignación el »trato vergonzante» de Castro hacia Hortensia Bussi de Allende, la viuda del presidente depuesto por el golpe militar del 11 de septiembre de 1973″ (nota 2)



Es conocida la horrorosa experiencia que vivió Gonzalo Rojas en la Alemania de Este y que él mismo la ha comentado en varios lugares y la repitió en una entrevista que le hizo Daniel de la Fuente para LIBRUSA en México en el 2000: «Â…por ejemplo, en Alemania del Este, donde fue un horror porque viví en un paraje de espanto. Ahí conocí lo que era el socialismo de Estado por dentro, y me di cuenta que ese sueño iba a dar una cosa de horror que se llama la policía del pueblo».



Para mí no hay ninguna diferencia entre ser homenajeado por el aparato político y cultural del gobierno de Cuba y la aceptación de Jorge Luis Borges cuando en 1982 es condecorado por Augusto Pinochet, sin saber lo que ocurría con la censura y represión a gente disidente en Chile. Lo de Rojas también es una desmemoria, incapaz él de relacionarlo con lo que dijo sobre Alemania del Este. O con el reciente el filme alemán «La vida de los otros» que algunos vieron en el Festival de Cine en Habana en diciembre de 2007 y constataron que en nada de lo que allí se cuenta es tan distinto a lo que ocurre en la isla. Filme que jamás será pasado en la TV cubana junto otros veinte hechos en Cuba, censurados para siempre en las pantallas de la TV de la isla (y esto lo dijo el crítico cubano Enrique Colina) (nota 3 y 4)



¿Sabrá Gonzalo Rojas lo que le ocurrió en Cuba al poeta Raúl Rivero en la «primavera negra» de marzo de 2003? ¿Comprenderá bien lo que significa la famosa frase de 1961 que mantiene una vigencia oficial y dogmática en Cuba en estos momentos, dicha por Fidel Castro a quien el poeta Rojas hoy sigue alabando, frase con la cual la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba) en febrero de 2007 hizo callar la polémica mencionada por Yoani Sánchez en su blog mencionado: «Dentro de la Revolución, todo; fuera de la Revolución, ningún derecho»?



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Nota 1. Discurso de Gonzalo Rojas en «Casa de Las Américas»



Nota 2. «Borrón y cuenta nueva» por Wilfredo Cancio Isla



Nota 3. Polémica de los intelectuales cubanos en enero-febrero de 2007



Nota 4. Estudiantes confrontan en Cuba a Ricarlo Alarcon (video)





*Javier Campos, poeta, narrador, columnista.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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