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La última tentación de las Isapres

Marcos Vergara
Por : Marcos Vergara Académico Escuela de Salud Pública UCh
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El comportamiento del sistema Isapre ha obedecido a su naturaleza (son seguros de salud individuales) y a la frondosa regulación a que deben someterse después de reiteradas reformas (son parte del sistema de seguridad social). Pero ¿cómo regular un sistema para que no se comporte del modo que promueve su propia naturaleza?

Promover «expectativas realistas» acerca de las Isapres es un caso perdido frente a las ideas de protección social y garantía de derechos en boga. La falta de realismo estuvo en los que creyeron posible la libertad de elección para todos cuando ni siquiera lo ha sido para quienes, después de años de afiliación y ya viejos, se transforman en “cautivos” o se “caen” del sistema.

Ahora bien, la Tabla de Factores regula el comportamiento propio de un seguro individual: tarificar en función de los riesgos predecibles del asegurado. No es la tabla lo que está en tela de juicio, sino la tarificación por riesgo, cuya arbitrariedad se ha reducido gracias a la tabla. La tabla ha sido un instrumento de regulación en una industria en que el núcleo del negocio es precisamente la tarificación.

[cita]Frente a la amenaza del Tribunal Constitucional, las Isapres deberían construir un discurso sólido y coherente de auto-transformación.[/cita]

La pregunta, entonces, vuelve a ser ¿era razonable construir un sistema de seguridad social en salud no solidario en los riesgos?. Era factible, gracias a la “lona” de rescate tendida para todos por el FONASA. Pero no era razonable. De hecho, el problema hoy consiste en moverse desde un sistema no solidario a uno solidario, lo que producirá inevitables trastornos de tarificación.

Frente a la amenaza del Tribunal Constitucional, las Isapres deberían construir un discurso sólido y coherente de auto-transformación, que les permita superar su propia historia. Deberían promover una mesa de trabajo para desmenuzar y re-integrar las piezas del sistema de seguridad social de la salud y ponerse al servicio de refundar su solidaridad, pero eso pasa por asumirse como parte del mismo. Si no ¿qué las diferencia de los seguros de salud tradicionales que aparecen como amenazas en el horizonte?

La mezcla FONASA-seguros complementarios hará más fácil e intensa la transferencia de recursos al sistema prestador privado -que ya ha sido importante- y, dada la restricción presupuestaria, podría postergar necesidades de mejoramiento en los hospitales públicos. Esa transferencia será mayor con derechos a garantizar y mayor aún con Isapres atomizadas. Por su parte, el sector privado prestador ha llegado a ser enorme y así es también su capacidad de absorber recursos para apalancar su propio desarrollo.

La mezcla FONASA-seguros tiene la inestabilidad de su componente no regulado y es potencialmente desequilibrante para el sector, lo que representa una oportunidad para las Isapres. Las Isapres deberían salir de la trinchera y realizar una oferta que contenga la convicción de la industria y su compromiso de contribuir a crear algo nuevo, para volver a ser agentes relevantes en el financiamiento de las prestaciones que se otorgan en el sector privado prestador, del cual han sido sustento.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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