Airadas reacciones generaron las palabras de la senadora Ena Von Baer en torno al cuerpo de la mujer y el embarazo. De hecho, la senadora DC Ximena Rincón trató el argumento de la senadora UDI como desatinado y fundamentalista. El senador Lagos Weber fue más allá, se mofó de las expresiones de Von Baer cayendo en exclamaciones vulgares e impropias de su rango de honorable. Por su parte, la senadora Pérez habló de tratar el tema con “altura de miras”, vilipendiando, con ello, las declaraciones de su compañera de alianza.
Cuando la senadora UDI habla de “prestar el vientre”, en el sentido, contexto y altura de miras que lo hizo, no le faltó el respeto a nadie. Muy por el contrario, ennoblece el rol de mujer, en primer lugar, y luego de madre. Es una postura, además, conteste con su pensamiento cristiano y por tanto, en línea con lo planteado por su mismo partido.
Entonces, ¿dónde está lo fundamentalista o exagerado del mismo, me pregunto? O mejor dicho, por qué tratar peyorativamente lo antes aseverado. ¿Quién es el fundamentalista, acá? Más de fondo aún, ¿quién es uno, en realidad, para levantar la bandera de la ponderación y el respeto?
Molesta cuando no se respeta la diversidad de opinión, cualquiera que ésta sea. Lo aseverado por los senadores Rincón, Lagos Weber, Pérez y también Allende, dañan y lesionan la misma riqueza en la pluralidad que ellos mismo han defendido, y con mucha razón, por lo demás. Justamente, quienes se cubren con la bandera del pluralismo terminan, a veces, en intolerantes.
Aclaro que no conozco a la senadora Von Baer, que soy católico y que espero el tema se discuta en la sede legislativa. En discutir no está el peligro, en excluir, por medio del menosprecio, lo está.
Gonzalo Cruzat Valdés
Abogado
