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De mal en peor

Danae Mlynarz
Por : Danae Mlynarz Cientista Política y Trabajadora Social. Directora Rimisp – Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural Miembro de la Red por la Participación
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La baja representación de las mujeres en política, parece coincidencia transversal a todos los partidos políticos, pero es más parecido a una colusión.


La representación femenina en la política en Chile va de mal en peor. No sólo por nuestras actuales bajas cifras. Según cifras de la UNDP 2011, Chile de 42 naciones democráticas ocupa el lugar 37 en representación de mujeres en el Legislativo y de las 48 naciones más desarrolladas del planeta Chile se ubica en posición 44 en inequidad social de género.

Hoy ad portas de una nueva elección municipal, donde deberíamos ir avanzando en más candidaturas femeninas Comunidad Mujer nos muestra un detrimento en relación a las cifras observadas en igual elección durante el año 2008.

Para esta elección municipal habría un 14% de candidatas mujeres para Alcaldesas y 26% para Concejalas. Si bien, las mujeres tenemos una significativa representación dentro del mundo social. Estamos en nuestros barrios organizando a los vecinos y vecinas en un trabajo en red para superar lo cotidiano, desde las tradicionales Juntas de Vecinos y Clubes de Adultos mayores, hasta otro tipo de organizaciones menos formales. En las últimas movilizaciones sociales, tanto sectoriales como locales o regionales hemos desarrollado un importante rol desde la base a la dirigencia. No estamos en las papeletas donde van los distintos candidatos y candidatas con igual proporción y fuerza.

[cita]La baja representación de las mujeres en política, parece coincidencia transversal a todos los partidos políticos, pero es más parecido a una colusión.[/cita]

Tras el desarrollo de las primarias para Alcaldes y Alcaldesas de la Concertación de Partidos por la Democracia el primero de abril pasado junto a René Jofré analizamos los resultados de las primarias y la baja participación y éxito de las candidaturas de mujeres. Fruto de ello concluimos que creemos necesario establecer mecanismos ex ante para superar una situación de desventaja de la elección de candidatas mujeres en los partidos o, en subsidio avanzar para que las elecciones primarias establezcan formulas concretas de discriminación positiva que permitan y fomenten una mayor participación de mujeres, de modo, que para la próxima elección primaria que se desarrolle no sea esta la excusa para no avanzar en representación de la mujer en puestos de poder.

Puesto que el problema se produce en las “barreras de entrada” que tienen las mujeres para participar de la primaria primero y en las elecciones después. Estas barreras tienen relación con competir por un espacio que es de “otro” y que generalmente, es masculino, copado por hombres y, por la falta de mecanismos de discriminación positiva en los partidos respecto a la selección de candidatos para los cargos de elección popular, esto “explica” que sólo el 12,5% de las alcaldías hoy en Chile están en manos de una mujer. Otros factores están referidos a los costos en tiempo, recursos físicos, humanos y económicos que implica el proceso de primarias. Esto que es un desgaste por ser un proceso nuevo, para una mujer implica aún mayores dificultades.

La baja representación de las mujeres en política, parece coincidencia transversal a todos los partidos políticos, pero es más parecido a una colusión.

Las barreras de entrada en los partidos son las primeras que deben modificarse para que las mujeres participen del proceso de primarias y así se logre una más paritaria representación en los puestos de poder político. Para ello, los partidos políticos, deben tener un rol más activo en la selección de los y las candidatas que llevan a primarias proponiendo medidas innovadoras y efectivas. Para ello es necesario establecer una cuota mínima de candidatas mujeres por partido para empezar. Esta cuota debería ser del 40% que ya tienen algunos partidos en sus estatutos y el 50%. Es decir, ningún partido debería llevar un porcentaje inferior de al menos el 40% de candidatas mujeres a primarias. Situación que hoy ningún partido cumplió.

Hoy que se está discutiendo el proyecto de primarias en el Parlamento, esta conversación no debería estar ausente para superar las magras cifras que muestran que vamos de mal en peor en representación de las mujeres en política.

La dualidad del género humano cuestiona la neutralidad del poder político. Ya que es una neutralidad falsa, porque está garantizada por el monopolio masculino. La paridad no es un tema que debería interesarle solo a las mujeres, sino que a la sociedad toda para estar justamente representada y avanzar en democracia.

La paridad representa un avance civilizatorio, por ello no puede salir de nuestra agenda pública. La paridad es parte de una lucha por más y mejor democracia. Hoy, cuando la ciudadanía cuestiona con fuerza nuestra institucionalidad política y sus niveles de representación es el momento de volver a instalar, junto con otros temas ciudadanos, el tema de la democracia paritaria.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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