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Educación con sentido de igualdad

Juan Pedro Pinochet
Por : Juan Pedro Pinochet Gerente general Gestión Social
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El constante crecimiento económico, nos dice que probablemente logremos importantes avances en muchos aspectos educativos, pero esto no nos llevará necesariamente a que las oportunidades sean iguales para todos. La discriminación a la hora de contratar según factores como el nivel socioeconómico, apellidos y comuna de residencia, nos dice que no sólo con educación alcanzaremos la igualdad.


Al parecer existe consenso en cuanto a ver a la educación como una de las principales herramientas para mejorar la calidad de vida y así poder contribuir a superar tanto males como carencias de nuestra sociedad.

Por parte de los gobiernos, en primer lugar se impulsaron políticas públicas orientadas a la cobertura y hoy se discute el tema de la calidad. Por otro lado, la mayoría de las empresas han focalizado su contribución filantrópica a la educación, destinando sus recursos a sectores de escasos recursos con inversiones en infraestructuras de muy buen nivel y, en algunos casos, acompañado de buenos procesos educativos. La sociedad por su parte, a través de los estudiantes, ha salido a las calles para manifestar su descontento por la calidad y por los altos costos sobre todo en la educación superior.

[cita]El constante crecimiento económico, nos dice que probablemente logremos importantes avances en muchos aspectos educativos, pero esto no nos llevará necesariamente a que las oportunidades sean iguales para todos. La discriminación a la hora de contratar según factores como el nivel socioeconómico, apellidos y comuna de residencia, nos dice que no sólo con educación alcanzaremos la igualdad.[/cita]

Vemos que de cada grupo de la sociedad, existe conciencia de las bondades de una buena educación y el alcance de ésta para formar a futuros profesionales, disminuir la brecha de la desigualdad de oportunidades y romper con la gran segregación que existe en nuestro país.

El constante crecimiento económico, nos dice que probablemente logremos importantes avances en muchos aspectos educativos, pero esto no nos llevará necesariamente a que las oportunidades sean iguales para todos. La discriminación a la hora de contratar según factores como el nivel socioeconómico, apellidos y comuna de residencia, nos dice que no sólo con educación alcanzaremos la igualdad.

Es necesario que todos los que estamos en una situación de ventaja, tanto desde el punto de vista económico y de oportunidades, entendamos que no basta con que las personas en situación de pobreza se eduquen, sino que todos nos eduquemos frente a la pobreza y la falta de oportunidades. En el país, según un estudio del Departamento de Economía de la Universidad de Chile, un empleado de peor desempeño académico formado en un ambiente privilegiado tiene una probabilidad de ganar estadísticamente más que una amplia variedad de estudiantes de excelencia formados en ambientes socioeconómicos promedio. Es por lo anterior que todos debemos educarnos con un mayor sentido de igualdad, con la certeza aprehendida de que nadie entrega dignidad a otro, sino que todos somos dignos y lo que falta es el reconocimiento.

Trabajemos por la calidad de la educación tanto pública como privada, trabajemos por el desarrollo de la educación técnica como alternativa real a la universitaria, pero sobre todo trabajemos para que la discriminación por origen socioeconómico no perpetúe la desigualdad y no restrinja la movilidad social.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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