Señor Director:
Estamos a días del fin de la campaña política y los candidatos, por su gran número y al ir conociendo sus slogan de campaña a lo largo de todo Chile, tenemos miles de buenas intenciones, todos buscando el bien de su comuna a todo evento, “Cuente conmigo”, “Yo soy de verdad”, “Ahora sí se hará”.
Qué diferente sería nuestro Chile si estas palabras no se las llevara el viento. ¿Dónde estaban todas estas buenas personas antes de la campaña? No olvidemos que las campañas están hechas por publicistas, ellos venden un remedio que curará todo: pavimentar la calle, sacar la basura, una plaza nueva, un consultorio, etc.
Lo malo es que el envase no detalla claramente sus ingredientes, tales como estudios superiores, experiencia, estado psicológico, opinión acerca de temas de importancia nacional, su corriente política, efectos colaterales, etc., por lo que la opción debe ser erróneamente tomada basándose en un “slogan iluminado” o en una foto muy maquillada (photoshop).
Por seriedad, lo que se esperaría es que elegidos y no elegidos a contar del 29 de octubre, juntos, empujen el carro para cumplir con el votante, porque éste no tiene derecho a reclamo si el remedio le sale más caro que la enfermedad. Todos se desaparecen, los publicistas vuelven a lo suyo, los no elegidos a prepararse para la próxima elección y a los elegidos les llega el Alzheimer:¿eso lo prometí yo?, Yo dije me pondré un diente, no puente.
Por una vez que no se rían, que los sufridos chilenos no se lo merecen.
Luis Enrique Soler Milla
