En mi opinión, Laurence Golborne no es sino un aparecido circunstancial, sin trayectoria política y que se ha sostenido en las encuestas hasta ahora sólo porque no había entrado al ruedo, a la competencia, lo que implica confrontación con sus rivales y no meras apariciones estelares en los medios.
A contrario sensu, Andrés Allamand puede acreditar su temprana conciencia y participación en la política nacional, habiendo competido democráticamente desde que estaba en la secundaria antes del golpe de Estado de 1973, en tanto que la mayoría de su generación en la derecha, sólo ingresó a la política después de dicho quiebre institucional y por mera cooptación, ocupando nominaciones a dedo desde el poder dictatorial que los cobijaba.
A diferencia de aquellos elegidos de Chacarillas (Chadwick, Coloma, Longueira, Melero, Moreira etc.), Andrés Allamand nunca profitó de la dictadura cívico-militar comandada por augusto Pinochet y con la guía ideológica de Jaime Guzmán, sino que se avocó a sus estudios y al posterior ejercicio profesional hasta que resurgió el debate político en Chile en los años 80 del que volvió a ser protagonista. Distancia y categoría, a mi parecer.
Rafael Enrique Cárdenas Ortega
