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La operación de los “coroneles”

Marco Moreno Pérez
Por : Marco Moreno Pérez Decano Facultad de Ciencia Política y Administración Pública, Universidad Central de Chile.
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Tal como en el caso de Longueira con su estado de salud, esta vez la variable no controlada por “los coroneles” de la UDI será la propia Evelyn Matthei.


Conforme pasan los días, los mentideros de la política parecen confirmar que, lejos de una improvisación, lo sucedido con la bajada de Longueira responde —una vez más— al resultado de una calculada operación política. En ella, la huella de los llamados coroneles de la UDI ha dejado trazos indelebles.

La instalación del Golborne como candidato y luego su defenestración marcan el inicio de esta trama. La subida de Longueira y su candidatura siempre fue concebida por el estrecho círculo de poder que ha controlado en forma férrea la UDI, desde sus inicios, como una estrategia que entregaba la Presidencia y apostaba por la elección parlamentaria y su atrincheramiento en el Congreso para seguir ejerciendo su poder de veto.

La victoria en las primarias reafirmó el diseño de los coroneles. Sin embargo, una variable no controlada fue el agravamiento del problema de salud que aquejaba al abanderado de la Alianza. El ministro del Interior, Andrés Chadwick, había sido informado por el propio Longueira de su compleja situación de salud. Diversos medios de comunicación evidencian que también Melero, Coloma, Leay, Novoa y Lavín ya conocían de la situación. De hecho, este último ejecutó la puesta en escena de la renuncia a la candidatura de Longueira.

[cita]Tal como en el caso de Longueira con su estado de salud, esta vez la variable no controlada por “los coroneles” de la UDI será la propia Evelyn Matthei.[/cita]

La performance diseñada —vocería de los hijos del candidato— no es otra cosa que un intento premeditado para no repetir la percepción negativa que se instaló sobre el desprolijo actuar de los dirigentes de UDI en la “bajada” de Golborne. Siguiendo este diseño, los coroneles hacen un repliegue táctico detrás de la familia de Pablo Longueira en un intento de privatización de la desgracia de su líder como lo afirmara Carlos Peña en una reciente columna. Hasta hoy, los coroneles no han dado una explicación plausible y trasparente sobre su accionar en relación con la candidatura de Longueira. Lo que han hecho es centrar la atención en el tema de la privacidad de la salud de Pablo Longueira y en desviar la atención hacia el tema de la sucesión. Pero no ha habido ni una línea de autocrítica acerca de su responsabilidad antes, durante y después en relación con el estado de salud de Longueira y su compatibilidad con una disputa presidencial. Por lo que se sabe ahora, éste era un tema que no pudieron desconocer.

Fiel a su diseño, los coroneles siguen apostando a la parlamentarización de la elección de noviembre pero no podían prescindir del tema presidencial. Eran pocos los nombres disponible para esta aventura. Así, la decisión de designar a Evelyn Matthei como candidata de la UDI responde más a una necesidad de diseño que a la convicción de que Matthei encarne un proyecto colectivo tipo “Centro Social”. Ha sido ella misma quien ha señalado que cree que no representa a la UDI y que ahí no la quieren.

A pesar de que los coroneles saben que Matthei no tiene el ADN de la UDI apuestan a que varios de sus atributos la hagan competitiva frente a Bachelet y, por tanto, funcional a su diseño. Entre otros, destacan su condición de mujer y el que también sea hija de un general. Ciertamente se da por descontado lo primero, pero lo segundo es discutible como atributo que le ayude a rendir electoralmente. Si bien las une el pasado militar de sus padres, la conmemoración de los 40 años del golpe de Estado marca la línea que divide sus trayectorias biográficas. Muchos recordarán aquellos lamentables sucesos. Otros que nacieron con posterioridad al golpe y a la dictadura que le siguió tendrán ahora —con la mediatización de la fecha del 11 de septiembre de 1973— la posibilidad de hacerse un juicio sobre los hechos y los actores de ese periodo trágico de la historia reciente de Chile. Enfrentadas a este escenario, quien tendrá que dar las explicaciones y explicitar su posición frente al golpe militar y sus consecuencias será Matthei y no Bachelet.

Tal como en el caso de Longueira con su estado de salud, esta vez la variable no controlada por “los coroneles” de la UDI será la propia Evelyn Matthei.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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