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Senadores de centroderecha y AVP Opinión

Senadores de centroderecha y AVP

“Para esta elección debemos hacer algo distinto, radical, que nos permita reencantar al electorado y había pensado que este tema del AVP nos podría ayudar. Es un tema que nos daría un aire de más apertura, progresista, con más… “onda” como dicen hoy día. Por eso me gustaría votar a favor del AVP pero sacándole provecho, ¿me entienden? Portada en los diarios, el ‘Senador díscolo’ el ‘progresista de la centroderecha’ ese tipo de cosas”.


Reunión en las oficinas centrales del partido político «Queremos todos los votos».

Senador «me creo líder»: —Bueno señores, me imagino que ya conocen la noticia de que el Presidente le puso urgencia al proyecto de ley de acuerdo de vida en pareja, conocido como AVP.

(Todos los presentes asienten con un gesto muy serio).

Senador «me creo líder»: —Ese proyecto hoy día está en el Senado y, por supuesto, todos saben que estamos en año de campaña.

(Todos los presentes asienten con gesto de preocupación).

Asesor 1: —Y va a ser una campaña difícil para la centroderecha Senador.

Senador «me creo líder»: —Lo sé, y por eso los he convocado. Para esta elección debemos hacer algo distinto, radical, que nos permita reencantar al electorado y había pensado que este tema del AVP nos podría ayudar. Es un tema que nos daría un aire de más apertura, progresista, con más… «onda» como dicen hoy día. Por eso, me gustaría votar a favor del AVP pero sacándole provecho, ¿me entienden? Portada en los diarios, el «Senador díscolo», el «progresista de la centroderecha», ese tipo de cosas.

Asesor 1: —A mí me parece una muy buena idea.

Asesor 2: —A mí también, de hecho, según el modelo de encuestas que tenemos, yo creo que nos permitiría subir unos 2 o 3 puntos.

[cita]Bueno si es por «credibilidad» —haciendo un gesto con los dedos marcando comillas— podríamos decir que el Senador es gay. Imagínese, el primer senador gay. Sería portada en todos los diarios y revistas, lo invitarían a todos los programas de televisión, sería un hit y en año de campaña yo creo que eso nos sube al menos 10 puntos”.[/cita]

Senador «me creo líder»: —Dos o tres, tan poco… pero si es un tema que aparece todos los días en la televisión.

Asesor 2: —Sí, el problema es que nos faltaría credibilidad en su votación, usted sabe, es un senador de centroderecha y nuestro sector… habría que hacer algo más para reforzar la credibilidad y que el mensaje sea contundente.

Asesor 1: —Quizás podríamos dar una conferencia de prensa anunciando su voto y mientras mira a la cámara podría pestañear como más rápido.

Senador «me creo líder»: —Esa podría ser una solución.

Asesor 2: —No senador, creo que el tema es más complejo que eso.

Asesor 1: —Bueno si es por «credibilidad» —haciendo un gesto con los dedos marcando comillas— podríamos decir que el Senador es gay. Imagínese, el primer senador gay. Sería portada en todos los diarios y revistas, lo invitarían a todos los programas de televisión, sería un hit y en año de campaña yo creo que eso nos sube al menos 10 puntos.

Senador «me creo líder»: —Bueno, si eso funciona, a mí no parece mal, son 10 puntitos ¿no?

Asesor 2: —Sí, pero tendríamos un problema Senador.

Senador «me creo líder»: —¿Cuál?

Asesor 2: —Su señora, nadie lo creería porque usted lleva muchos años casado y tiene hijos.

Asesor 1: —Podríamos decir que su matrimonio es sólo una pantalla.

Senador «me creo líder»: —¡Eso! y sobre los niños digamos simplemente que no son míos, que yo nunca he tocado a mi señora…

Asesor 2: —Sin duda que eso reforzaría la credibilidad del mensaje Senador, pero para ser sinceros y, según mis encuestas, yo estimo que si usted sostuviera sexo con otro hombre por televisión, la credibilidad sería total y ahí yo calculo que, al menos, tendríamos 15 puntos más en las encuestas. Además, eso también le daría un aire más transgresor a su campaña.

Senador «me creo líder»: —Pero ¿cómo sexo? Si no se puede…

Asesor 2: —Sí, se puede senador…

Senador «me creo líder»: —¿Pero cómo? Eso es imposible.

(Asesor 2 se levanta de su asiento y le susurra al oído unas palabras que no se logran entender).

(El Senador «me creo líder» abre los ojos como platos y mira a su asesor aterrorizado).

Senador «me creo líder»: —Sí, pero y qué pasa con… (le susurra al asesor 2 unas palabras).

Asesor 2:—Yo creo que eso no les preocupa señor Senador.

El Senador «me creo líder»: —Pero cómo puede ser… eso es imposible —atragantándose—, pero ustedes sabían que eso está pasando en nuestro país (despliega una rápida mirada al resto de los asistentes a la reunión).

—¡Dios mío! Yo no puedo hacer eso, cómo se les ocurre.

Asesor 2: —Pero serían, al menos, 20 puntos más en las encuestas Senador.

Senador «me creo líder»: —Y si mejor decimos que tengo un hijo gay…

(En una esquina mirando al techo hay un joven, su hijo)

Hijo Cacho:—Pero Papá, yo me caso en un mes más.

Senador «me creo líder»: —Sí, pero a mí nunca me ha gustado esa niñita y a tu mamá tampoco.

Asesor 2: —Yo creo que eso no sería tan efectivo como si lo hiciera usted Senador.

Asesor 1: —Piénselo Senador, la ex Presidenta Bachelet está arrasando en las encuestas, es hora de tirar toda la carne a la parrilla, si no…

Senador «Me creo líder»: —Esta campaña va a ser más difícil de lo que yo creía (comienza a sudar y a soltarse la corbata). Pero si los altos intereses de la patria así lo requieren, cualquier sacrificio es poco, con tal de asegurar un futuro de prosperidad y progreso para las nuevas generaciones de nuestra tierra. Sí señor… (se levanta y se dirige a la ventana, mirando al horizonte con cara de estadista).

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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