Señor Director
Los resultados recientemente publicados dan cuenta de cifras y comparaciones absolutamente desalentadoras. Sobre todo, porque corresponde a una mirada preliminar de agentes no directamente vinculados al ámbito educativo y que puede dar como resultado que futuros profesionales comparen la formación impartida por las diversas casas de estudio, en base a los porcentajes de logro determinados por esta prueba.
Creo imprescindible, reflexionar en torno al énfasis eminentemente centrado en el contenido que determina esta evaluación, marcada por un modelo de alto valor conceptual, en el cual se releva el éxito o fracaso al plano del conocimiento y a la evidencia del saber. Esta mirada, en términos formativos, deja afuera a todas las líneas, corrientes o enfoques, que apuestan por una perspectiva de carácter más inclusivo e integral en el ámbito de la educación. Ellas implican tener una mayor receptividad del medio, de sus demandas y de los cambios que permanentemente afectan a nuestra sociedad.
Así se dejan fuera, en definitiva, todos aquellos proyectos que apuestan por modelos formativos que no sólo se limitan a “transmitir” conocimientos, si no que consideran la importancia de los procedimientos, las actitudes y la reflexión en el profesional que desean formar.
Frente a concepciones evaluativas pobres, lo menos que podemos esperar son resultados de igual naturaleza.
Dra. Jocelyn Uribe C., directora (I) Escuela de Educación Parvularia, Universidad Central
