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¿Y la política qué?

Leonardo Cifuentes
Por : Leonardo Cifuentes Profesional de las Artes. Multidisciplinario por naturaleza. Músico de profesión, con estudios en Antropología y experiencia en medios de comunicación como editor, redactor y CM.
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Nunca ha pasado nada, y ayer no fue la excepción. Por un momento pude ver que la política, esa política a la que jamás he dado un peso ni un voto, puede hacer pequeñas diferencias. Porque para ver a Fiskales es posible hacerlo en locales de barrios altos, en antros de sectores periféricos, y en regiones. Pero en Providencia, al aire libre, gratis, como una iniciativa municipal?? Definitivamente no. Una conquista simbólica, y tan frágil como la política misma.


Lo ocurrido el domingo pasado en el Parque Balmaceda en Providencia podría decirse que fue una de esas «fallas en la matrix» a las que poco acostumbrados nos tiene nuestro país. Fiskales Adhoc, una de las más emblemáticas bandas punk en Chile encabezaba un festival de música al aire libre que conmemoró 50 años de biblioteca pública en la comuna. Una comuna cuya alcaldía era ocupada hacía 16 años por una derecha extrema encarnada por el ex-militar Cristián Labbé, pero que hace unos meses fue ganada por la Independiente Josefa Errázuriz, tras una votación tan bizarra como esperada.

Las poleras negras abundaban, y también los fanáticos de la banda, que ya superan las tres y cuatro décadas, perpetuando a través de las generaciones el gusto por la música de Fiskales. Era una tarde para la familia, y los niños y jóvenes repletaban el lugar, lo que me trajo a la mente la imagen de Iron Maiden: la banda inglesa a la que, tildada de «satánica», le fue negada su entrada a nuestro país el año 92. O a Faith No More: los norteamericanos que fueron recibidos por una veintena de metaleros en la Quinta Vergara en 1991. Y que hoy son una institución tremendamente rentable, que trasciende generaciones.

Lo mismo se podría decir del festín mediático que aprovecha el status quo a 40 años del golpe militar en Chile, saturando sus contenidos con el tema, y estrenando series de alto presupuesto con rostros de famosos que reviven la época. También podría mencionar a Los Simpsons, que a comienzos de los ’90 eran transmitidos los viernes en horario nocturno, con censura, y que hoy representa gran parte de la programación de Canal 13, el canal católico de nuestro país.

Fuente: Facebook Fiskales Ad Hoc

Fuente: Facebook Fiskales Ad Hoc

Es como si la validación sólo fuese posible cuando se consigue profitar. Y en nuestro país, todo lo que tenga que ver con rebeldía añeja, es -otra vez- tremendamente rentable. Porque estamos acostumbrados a una realidad pacata, poco diversa, hermética, y sobre todo, profundamente conservadora (que es algo que va más allá de la derecha, aunque la incluya). Lo que nos tiene atados a una realidad de isla, con nuevas políticas y debates que muchos países han adoptado y resuelto hace cientos de años, y con un prejuicio y terror arraigado en contra de lo nuevo.

La diferencia es que, estando Labbé, o alguno de su bando en el poder, lo de Fiskales en el parque del Café Literario jamás hubiese sucedido por muy rentable que sea. Por puro capricho, por pura opción «política»… Lo que se hizo ayer fue una reivindicación del espacio público en una comuna que muy pocas veces había abierto sus plazas a la cultura (y más que a la cultura, a la diversidad que necesariamente representa). Recuerdo lejanamente el Love Parade que ocupó tres comunas de la ciudad, o alguna que otra marcha como la anti APEC con La Floripondio de plato de fondo, o el Festival de verano de Jazz Internacional. No mucho más. Lo de ayer se hizo simplemente por cultura, por expresión. Y una expresión exagerada, que incluyó bandas infantiles, cuequeros y hasta a Fiskales (seamos honestos, que fueron el gancho para traer a la gente), con su clásica performance que incluye un pogo desenfrenado con baños de cerveza batida, y mucho mucho desorden.

Y lo mejor de todo? Sin ni un policía a la vista. Pues claro… si no pasa nada. Nunca ha pasado nada, y ayer no fue la excepción. Por un momento pude ver que la política, esa política a la que jamás he dado un peso ni un voto, puede hacer pequeñas diferencias. Porque para ver a Fiskales es posible hacerlo en locales de barrios altos, en antros de sectores periféricos, y en regiones. Pero en Providencia, al aire libre, gratis, como una iniciativa municipal?? Definitivamente no. Una conquista simbólica, y tan frágil como la política misma.

Es posible que este sea un punto de partida para poner en cuestionamiento el contenido; pues, evidentemente se trató de una decisión política, tal como el cambio de nombre de la ex «11 de septiembre» a «Nueva Providencia». Poner a Fiskales, la banda símbolo antifascista, de cabeza de cartel en un evento en la tercera comuna más rica de Chile, fue un mensaje bastante claro. Pero que me hace temer por el futuro… por la estabilidad de nuestra cultura, por el interés real en ella, y por la sencilla razón de que es utilizada otra vez como medio para fines políticos.

Después de todo, todavía no veo que nadie se la juegue por nada realmente nuevo aquí. Tendrán que pasar otros 30 o 40 años para que reconozcamos lo que tenemos hoy.

Fiskales es una banda chilena de 1986, con 6 discos a su haber, el último editado el 2007.

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