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¿Quién se preocupa de los más pobres?

¿Qué será lo más probable que ocurra? Lo mismo que ocurrió en el gobierno de Lagos con las universidades y el CAE: que las inversiones serán financiadas con crédito bancario, pues será un buen negocio si la empresa paga una tasa inferior a 25% anual. Ello se explica porque a un costo de 25% anual, equivalente a la tasa propuesta de nueva tasa de primera categoría, a los bancos les convendrá colocar créditos que se incorporan a la contabilidad como costo.


El Proyecto de Reforma Tributaria impulsado por el Gobierno, ha sido planteado como una respuesta a las más sublimes y obvias aspiraciones que una sociedad democrática puede tener: terminar con la desigualdad, financiar gastos permanentes con ingresos permanentes, lograr educación gratuita para todos, concluir con los procedimientos de elusión y evasión y, en definitiva, construir a partir de esta reforma una sociedad mejor, en que los ciudadanos sean más felices y mejoren su calidad de vida.

¿Quién podría estar en desacuerdo con el título de este hermoso poema?

Pero basta con leer el proyecto para entender que existe una grave incoherencia entre los instrumentos tributarios escogidos y los objetivos enunciados por la autoridad.

Vamos por parte. La eliminación del Fondo de Utilidades Tributables, FUT, aun cuando sea gradualmente, se concretará de todas maneras, ya que el gobierno tiene mayoría en ambas Cámaras para aprobar este proyecto. ¿Qué significa esto en la vida concreta de las empresas? Una cosa muy simple: que si hasta ahora financiaban sus inversiones, compra de maquinaria, reposición de activos tangibles, capital de trabajo, etc., con utilidades, a partir de la reforma ya no tendrá sentido hacerlo a través del ahorro.

La razón es muy evidente, ya que si no existe el FUT, los retiros que se van al global complementario de los dueños y que ya pagaron el impuesto de primera categoría, el decidir reinvertirlos será una inversión gravada con tributos, lo que aumentará el costo de toda inversión realizada sin los recursos del FUT.

¿Qué será lo más probable que ocurra? Lo mismo que ocurrió en el gobierno de Lagos con las universidades y el CAE: que Las inversiones serán financiadas con crédito bancario, pues será un buen negocio si la empresa paga una tasa inferior a 25% anual. Ello se explica porque a un costo de 25% anual, equivalente a la tasa propuesta de nueva tasa de primera categoría, a los bancos les convendrá colocar créditos que se incorporan a la contabilidad como costo.

Incluso será aún conveniente endeudarse con los bancos hasta que cobren tasas de interés un poco por debajo del 35% anual, ya que la modificación completa termina igualando el impuesto de la empresa al que paga el dueño en forma personal.

[cita]¿Qué será lo más probable que ocurra? Lo mismo que ocurrió en el gobierno de Lagos con las universidades y el CAE: que Las inversiones serán financiadas con crédito bancario, pues será un buen negocio si la empresa paga una tasa inferior a 25% anual. Ello se explica porque a un costo de 25% anual, equivalente a la tasa propuesta de nueva tasa de primera categoría, a los bancos les convendrá colocar créditos que se incorporan a la contabilidad como costo.[/cita]
Pero lo importante es preguntarse quién paga finalmente ese mayor costo. Naturalmente, serán los consumidores, que verán aumentado el precio de los productos por los mayores costos financieros de las inversiones y el capital de trabajo.

Además, existe otra falacia, al desconocer que los recursos que se registran en el FUT ya pagaron el impuesto de primera categoría y además ya generaron el crédito tributario a los socios o dueños. Si ello no es reconocido por la reforma, significaría que se estaría pagando dos veces un impuesto sobre la misma base tributable.

Todo aumento de precios afecta siempre a los más pobres, debido a que tienen una canasta de consumo mucho más inelástica, por consumir más bienes de primera necesidad. ¿Qué ocurre con las personas que viven de un salario si aumentan los precios generales de la economía? Se hacen más pobres y aumenta la desigualdad.

El segundo eje de la propuesta tributaria consiste en aumentar el impuesto a las utilidades de las empresas de 20 a 25%. Acá opera el mismo mecanismo anterior, es decir, los aumentos de impuestos serán traspasados a precios y, de nuevo, se afecta la canasta más inelástica que tienen los sectores mas desprotegidos.

En este punto también existe el mito consistente en suponer que los dueños o accionistas de empresas no pagan todo el impuesto que corresponde, debido al crédito tributario que se establece con el impuesto de primera categoría y que se rebaja del impuesto personal en el global complementario. Esto es así por la aplicación de un principio básico de los sistemas tributarios, consistente en no gravar la misma base con dos impuestos distintos, elemento esencial de la justicia tributaria.

El error esencial de los ideólogos de la reforma es básicamente uno y de una enorme magnitud: suponer con ingenuidad que se puede modificar extensamente un régimen tributario y que los agentes económicos seguirán comportándose como si nada hubiera pasado, sin repercusión alguna en la vida económica y empresarial.

Otra fuente de incremento de costos que finalmente afectarán a los consumidores son el aumento del impuesto de timbres y estampillas y el aumento de tributos a los alcoholes. Aumentará el costo del crédito, mecanismo al que acceden preferentemente las personas que carecen de ingresos suficientes para adquirir los bienes y servicios que necesitan para vivir. En el caso de los alcoholes, con independencia del juicio que se tenga sobre su consumo, digamos las cosas por su nombre: su mayor demanda se encuentra en los sectores populares y medios y no en los segmentos más ricos. Según la información del INE, el quintil más pobre consume 0,29% de su canasta en vino y 0,33% en cerveza, mientras que los sectores de mayores ingresos lo hacen en 0,26% y 0,22%, respectivamente. ¿Quién pierde de nuevo? Los más pobres.

Hoy, nadie en su sano juicio se opondría a tan loables objetivos de gratuidad e igualdad y equidad. Sin embargo, ¿no sería más razonable modificar en vez de eliminar el mecanismo del FUT, para evitar abusos como las inversiones financieras que se hacen a costa de estos recursos?

No argumento para defender intereses de ningún empresario, ni siquiera de los pequeños y medianos. Lo hago para motivar una reflexión acerca de los efectos de medidas adoptadas en forma apresurada, ya que finalmente los únicos perjudicados por todo esto serán las personas y en particular las familias mas vulnerables, porque aumentarán los precios de prácticamente todos sus bienes de consumo, los cuales tienen baja tasa de sustitución y mayor inelasticidad.

¿Quién ha pensado en los efectos sobre el empleo? ¿Quién defiende a los pobres?

Pero lo más injusto e inexplicable es que todo esto se hace para financiar una reforma educacional de la que sólo se conocen los grandes títulos y que nadie sabe aún cuánto costará y con qué criterios se gastará. Chile ha avanzado y progresado en las últimas décadas por la aplicación de una transversal prudencia y aplicación de los conductores económicos. Ese ha sido un activo del país que nos diferencia de naciones como Venezuela, que, a pesar de haber tenido la oportunidad de lograr el desarrollo, optaron por el populismo y la irresponsabilidad, con las consecuencias que todos conocemos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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