Señor Director:
Este mes han ocurrido dos eventos desastrosos en nuestro país; el terremoto en las regiones de Arica-Parinacota –Tarapacá y el gran incendio en Valparaíso. En ambas circunstancias el equipo de salud se hace presente. Una vez que se evalúan los daños personales en el sector, todo el personal de salud se pone a disposición para atender a las personas. La red de salud se preocupa de la atención de víctimas, contención sicológica, mantención de medidas higiénicas en albergues, prevención de brotes epidémicos a través de vacunación, provisión de agua potable y tratamiento de las basuras.
Durante estos eventos hemos visto actuar sigilosamente a los equipos que acuden, en forma rápida y diligente, a los lugares donde se les necesita. Mientras que Iquique se dictó alerta sanitaria para proveer medidas extraordinarias, que permiten disponer de un relleno sanitario de emergencia para la ciudad que había quedado aislada; en Valparaíso el ministerio de Salud adoptó medidas especiales ampliando la atención en 24 horas de los centros de atención primaria.
Nuevamente en Valparaíso se comienza una vacunación masiva contra el tétano e influenza, además se atiende a las personas afectadas en su aparato respiratorio; y se realiza atención en los albergues con los profesionales de la red asistencial pública que se reubican en sus funciones.
Esto, que significa una respuesta rápida y eficaz, ha sido posible gracias a las capacidades de los equipos locales de salud, en especial de atención primaria. Todos ellos diseñan un plan de emergencia en que se ponen en distintos escenarios y se distribuyen las tareas y roles, interactuando con los otros sectores para enfrentar en forma lúdica y eficiente la emergencia.
