No todo serán buenas noticias. Desde el año 2005 el único sitio que era materia de análisis para Chile era el de las Salitreras de Humberstone y Santa Laura, que, por su abandono de décadas, al ser inscritas en la lista del patrimonio mundial, simultáneamente lo fueron en la Lista en Peligro. Este sitio, que ha involucrado años de esfuerzo, debiera haber salido hace un par de años de esa condición, lo que aún está en espera.
En unas semanas más, del 15 al 25 de junio, se llevará a cabo en Doha, Qatar, la 38 sesión del Comité de Patrimonio Mundial. En esta ocasión se revisará el estado de conservación de los sitios de patrimonio mundial existentes en todo el planeta y se inscribirán nuevos sitios en la Lista que ya desde hace 42 años tiene a su cargo la UNESCO.
Para Chile sin embargo, este año será diferente. En efecto, podremos celebrar la culminación de un proceso de trabajo colaborativo que, coordinado por la encargada de Latinoamérica y el Caribe Sra. Nuria Sanz, involucró por años a Perú (quien inició esta postulación), Bolivia, Argentina, Ecuador, Colombia y Chile. Este proceso es la inscripción del Qhapaq Ñan (conocido masivamente como el Camino del Inka), que ha hecho carne en nuestra agenda, la cooperación internacional en el marco de la Convención del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la Unesco. Años de trabajo profesional de alto nivel de los equipos de los países involucrados, verán coronarse con éxito en la inscripción que señalo y significarán para esta “familia Qhapaq Ñan” el inicio de una nueva ruta, la ruta de la gestión, manejo y desarrollo de lo que un sitio de esta complejidad implica.
Sin embargo, no todo serán buenas noticias. Desde el año 2005 el único sitio que era materia de análisis para Chile era el de las Salitreras de Humberstone y Santa Laura, que, por su abandono de décadas, al ser inscritas en la lista del patrimonio mundial, simultáneamente lo fueron en la Lista en Peligro. Este sitio, que ha involucrado años de esfuerzo, debiera haber salido hace un par de años de esa condición, lo que aún está en espera.
Hoy, en la reunión que se acerca, veremos que otros dos sitios, en diversas circunstancias serán objeto de revisión.
[cita]No todo serán buenas noticias. Desde el año 2005 el único sitio que era materia de análisis para Chile era el de las Salitreras de Humberstone y Santa Laura, que, por su abandono de décadas, al ser inscritas en la lista del patrimonio mundial, simultáneamente lo fueron en la Lista en Peligro. Este sitio, que ha involucrado años de esfuerzo, debiera haber salido hace un par de años de esa condición, lo que aún está en espera.[/cita]
Por un lado las Iglesias de Chiloé, que en el caso de la Iglesia de Castro, por la instalación del mall de Castro se ven cuestionadas y el borrador de resolución que el Centro de Patrimonio Mundial ha sometido a la consideración del próximo Comité, amenaza con que esas Iglesias sean inscritas en la Lista en Peligro.
Por el otro, Valparaíso, que es un caso distinto pues allí nos encontramos en presencia de un sitio con sus límites claros, con una zona de amortiguación del centro protegido que también tiene sus extensiones definidas y que, además, al momento de postularse, excluyo en el expediente la zona del Puerto y la de Barón, en ambos casos por que el Estado definió que en esas áreas venían dos proyectos en carpeta: El desarrollo de un nuevo terminal portuario y un desarrollo comercial. Esto fue evaluado por la ONG asesora de la Unesco, Icomos, y con ese antecedente se inscribió el año 2003 a Valparaíso en la Lista de Patrimonio mundial.
Hoy, esta circunstancia que fue expresada en la postulación por el Gobierno del entonces Presidente Lagos, ratificada al suscribirse algunos de los contratos por el Gobierno de la Presidenta Bachelet (en su primer período), vuelta a confirmar en el Gobierno del Presidente Piñera, es ahora objeto de análisis por la aplicación de una tesis de Icomos que habla del impacto visual. Urge decir que esa tesis no tiene respaldo en la Convención y que en casos similares como Sevilla, Ciudad de Panamá y el Paisaje Cultural del Ebro, han sido desechadas por el comité de Patrimonio mundial sistemáticamente.
Entonces, la pregunta que surge es ¿cómo hemos llegado a este escenario? A mi juicio porque el órgano técnico, punto focal de la Convención a nivel nacional y representante del Estado de Chile, el Consejo de Monumentos Nacionales, en la administración del Presidente Piñera no tuvo la capacidad profesional y técnica de tener claridad en este punto y hoy, a consecuencia de un trabajo amateur, tendremos que ver cómo, la próxima reunión de la Unesco, evalúa el sitio (que tiene un sin fin de problemas en el mismo) por algo que está fuera de éste.
Esperemos a ver qué ocurre, pero una cosa es clara Valparaíso es un bien inscrito por tratarse de una ciudad puerto, por lo cual, central es que por sus ciudadanos, sus trabajadores y los valores del sitio el Puerto siga siendo tal, pues sin puerto, simplemente no hay sitio.