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El posicionamiento presidencial de Insulza

Alejandro González-Llaguno
Por : Alejandro González-Llaguno Sociólogo, analista político y encuestólogo.
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Si Escalona gana la interna del PS, qué voluntad de poder manifiesta el Panzer y si está dispuesto o no de ir a una primaria. Y al mismo tiempo, como las fuerzas progresistas y “reformistas” de la Nueva Mayoría y las que están fuera del oficialismo mantienen el impuso de la “era de las reformas”. La presidencial ya está en juego: ¿más reformas, menos reformas o estabilización de las reformas?


La dupla Lagos-Insulza es, sin duda, una de las más fuertes y potentes desde los noventa. Mucho más que: Piñera-Allamand, Piñera-Hinzpeter, Bachelet-Peñailillo, Escalona-Andrade, Longueira-Lavín, Frei-Arriagada, Frei-Figueroa, Aylwin-Boeninger, etc. No es casualidad, por tanto, que en las últimas semanas y en el contexto político del país sus nombres se posicionen como presidenciables o como ministros.

La vuelta del Panzer –“nunca me fui” a dicho- y del Rey Ricardo son vistas con muy buenos ojos no sólo por la vieja guardia concertacionista, sino también por amplios sectores de la derecha política, empresarial, mediática e ideológica.

¿Qué reales posibilidades hay para la vuelta de ambos o de uno?

La respuesta considera cuatro opciones: La opción presidencial de Lagos y de Insulza; y la posibilidad de un asiento en el senado o de un ministerio político para Insulza.

Lagos ha dicho en todos los tonos que por su edad no es candidato. No obstante, los rumores, los deseos y las fantasías sólo se han intensificado en el último tiempo, sino también sus acciones y opiniones políticas -desde su aparición en la Enade de fines de agosto del año pasado hasta su proyecto “Tú Constitución”- parecen ir en esa dirección. Sin duda, hay muchos entusiasmados. Sin embargo, también hay pasivos que limitan su irrupción definitiva más allá de su edad: Transantiago, caso MOP-GATE, la nueva fase política en la que está el país y el desprestigio de la élite concertacionista derrotada política y electoralmente desde la Bachelet 1.0. Es más, ¿alguien cree que Lagos iría a una primaria?

En su último viaje a Chile Insulza formo parte de un movimiento político que parece lejano y de bajo impacto. Se trata, del apoyo que le da a Escalona para dirigir el PS. Algo, sin duda, de la mayor trascendencia.

¿Por qué?

Porque si Escalona gana la interna del PS –lo que es altamente probable- Insulza se convertirá en la opción presidencial del socialismo. En una entrevista, Escalona fue elocuente: Insulza “reúne cualidades que no están en otros líderes políticos… cinco años como Ministro del Interior le dan un conocimiento privilegiado de todo el gobierno interior del país… como Secretario de la Presidencia con Frei le da un manejo significativo del funcionamiento del gabinete, como Canciller y Secretario General de la OEA le da un conocimiento de la política exterior que pocos tienen”. Y agrega, “una figura de tales dimensiones tiene que jugar un rol muy destacado”.

No obstante, Escalona afirma que en el PS hay tres militantes que “han manifestado interés” presidencial: “Allende, Rossi e Insulza”. Sin embargo, “no hay que apurarse en el tema presidencial… en la definición no me voy apurar como lo hice en el primer gobierno de Bachelet… me apure y no fue bueno… fue prematuro y al propio Insulza le dieron muy duro mucho tiempo con mala intención”. En consecuencia, abrir el debate presidencial –una de las críticas que le hace a Isabel Allende- “es apresurado y de pésimo gusto… sin que se resuelva el tema de la probidad”.

Al formalizar el apoyo a Escalona, Insulza no sólo destaca el rol que “Camilo” tiene en el socialismo chileno –“es la columna central”-, sino también destaca que inician un camino político en conjunto: “quiero decir que quiero volver al país y espero que abordemos juntos la tarea que tenemos por delante que es hacer realidad que los políticos estamos para resolver los problemas de la gente, no para crearles problemas”. La dupla Escalona-Insulza viene, por tanto, a “resolver” problemas; no ha crearlos.

Desde fines de Mayo tendremos a Insulza en el campo de la política. En febrero afirmaba que “si me pregunta qué voy hacer, si voy a ser candidato a esto o a lo otro, no descarto nada, pero no afirmo nada en este momento”. Luego en marzo, “estoy dispuesto y abierto a conocer las posibilidades que se planteen, pero no de manera conflictiva… me gustan los acuerdos, no los conflictos”.

En consecuencia, la dupla Escalona-Insulza viene, sin duda, a re-instalar la política de los acuerdos, a moderar la “era de las reformas” e institucionalizar y conducir el nuevo pacto político, es decir, la nueva constitución. La tectónica del poder ya está en movimiento.

La “política de los acuerdos” presiona fuertemente por re-instalarse como el eje de la acción política. Los últimos días los llamados han venido desde todos los sectores: de Novoa a Lagos. Lentamente, se va instalando la tesis de que la recuperación de las confianzas pasa por retomar un clima de convivencia política distinto. Lagos e Insulza, serían los indicados para liderar ese proceso. Se necesita liderazgo se ha dicho.

Para Escalona uno de los efectos del caso CAVAL ha sido que el liderazgo para conducir la “estrategia por la igualdad” se ha debilitado. Por ello, no sólo hay que re-instalar y re-legitimar esa conducción, sino también hay que considerar que la Opinión Pública ha instalado con sentido de urgencia la agenda por la probidad y la transparencia.

La dupla Escalona-Insulza no viene a detener el “programa de las reformas por la igualdad”. De hecho, tanto Escalona –uno de sus autores intelectuales- como Insulza son fervientes partidarios de que el país necesita mejorar sus niveles de igualdad y distribución de ingresos. El tema para la dupla es que las reformas hay que hacerlas sin “retroexcavadora”, con estabilidad, con acuerdo, dentro del marco institucional, generando confianzas, de manera progresiva –“no todo a la vez”-, sin espíritu refundacional y con crecimiento económico.

No obstante, las reformas comprometidas hay que llevarlas a puerto y de manera “acelerada”: hay que despejar las incertidumbres rápidamente. En la reforma educacional “las propuestas se tendrán que acelerar”: carrera docente, financiamiento educación superior. Ya hay reforma tributaria y se avanza en el tema laboral –principalmente, negociación colectiva-. A esas tres, se agrega la agenda instalada por la coyuntura: probidad y transparencia. Finalmente, todo indica que el gran déficit programático del gobierno será el tema constitucional ya que no hay espacio político para avanzar en el sentido de tener aprobada la “nueva constitución” al finalizar este período.

Las características políticas de la fase, los dos años electorales que se vienen, la debilidad del gobierno y la emergencia de la agenda de probidad generan las condiciones para que el tema constitucional quede relegado para el nuevo gobierno y la campaña electoral lo considere como un eje relevante.

En este contexto, en consecuencia, Insulza es el indicado para restituir la “política de los acuerdos”, para moderar y estabilizar las reformas y para conducir políticamente el nuevo texto constitucional. Hay que agregar: la recuperación de las confianzas, la vuelta de un liderazgo de “pantalones largos” y el crecimiento económico. Además, hoy es la mejor opción para anular la fuerza presidencial de Marco Enríquez

Es la hora de Insulza. Veremos, si Escalona gana la interna del PS, qué voluntad de poder manifiesta el Panzer y si está dispuesto o no de ir a una primaria. Y al mismo tiempo, como las fuerzas progresistas y “reformistas” de la Nueva Mayoría y las que están fuera del oficialismo mantienen el impuso de la “era de las reformas”. La presidencial ya está en juego: ¿más reformas, menos reformas o estabilización de las reformas?

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