Señor Director:
En Chile donde el qué dirán es fundamental, resulta complejo tener una Presidenta, cuyo valor central de liderazgo estaba en la cercanía con la gente, y que hoy está a punto de llegar a niveles de aprobación cercanos al 20% y con poca claridad en el manejo de la Agenda Pública y en las demandas sociales y sectoriales que día a día acrecientan su malestar.
Atrás quedo marzo de 2010, cuando Michelle Bachelet se despedía de La Moneda con más de un 80% de aprobación, los más eruditos estadísticos dirán que no es posible comparar las encuestas, sólo apelo a que la ciudadanía le queda en la retina el dato, “2010 más de 80’% de aprobación, fin de junio llegando sólo al 20% de aprobación”.
Ante este panorama nadie puede sacar cuentas alegres, porque la oposición no captura nada de ese descontento y la nueva mayoría está complicada, entre escuchar a la gente y el cumplimento fiel al Programa de Gobierno. Sé que lo descrito anteriormente no es nada de novedoso, pero sin embargo revierte, una gran preocupación, para nosotros los ciudadanos que debemos día a día esforzamos en nuestras labores, y vemos que quienes deberían guiar la conducción política y social, no lo están haciendo y lo que es más lamentable, están dañando a nuestra democracia, con maniobras alejadas de la ética, el bien común y la verdadera preocupación por los ciudadanos. Simplemente la gente pide que reaccionen y piensen en lo bueno para Chile y su futuro.
Francisco J. Henríquez P.
Ingeniero Comercial
Magíster en Gerencia Pública
