Señor Director:
Los estudiantes extranjeros que ingresan al sistema educativo chileno tienen una doble vulnerabilidad, ya que una alta fracción de ellos proviene de entornos de mucha desventaja en sus países de origen, pero al mismo tiempo enfrentan dificultades para adaptarse a la sociedad chilena, cargada de prejuicios racistas que no nacen de ellos, sino de nosotros mismos.
Si bien es cierto, a nivel nacional el porcentaje de estudiantes inmigrantes es bajo comparado con otros países, en algunas ciudades del norte (ej. Iquique y Antofagasta) y en algunas comunas de Santiago (ej. Santiago, Independencia), este porcentaje ha crecido rápidamente en los últimos años, debido al aumento de la migración desde países latinoamericanos. Adicionalmente, los estudiantes extranjeros están concentrados en un pequeño grupo de escuelas. Por ejemplo, aunque en la comuna de Santiago representan un 3% de la matrícula total, existen seis escuelas donde representan más del 20%.
A pesar de lo anterior, no existe ninguna política pública que apoye a estas escuelas. Para abordar esta problemática, creo necesaria la creación de un fondo especial dirigido a los establecimientos educativos con proyectos inclusivos. La mayoría de los países europeos con altas tasas de inmigración destinan recursos especiales para este tipo de iniciativas. Una experiencia interesante de este tipo es la de la escuela República de Alemania, en la comuna de Santiago, la cual he tenido el placer de conocer. En ella se enseñan asignaturas como Historia de Sudamérica, se celebra el Día de la Independencia del País Hermano y se realiza una fiesta donde cada comunidad presenta sus bailes y gastronomía. Esta experiencia no sólo es interesante como ejemplo de inclusión para las familias inmigrantes. Es también una oportunidad para que los chilenos aprendamos a convivir y a empaparnos de nuestra rica cultura latinoamericana. Sin duda, esto es importante para hacer que estas escuelas estén menos segregadas.
En medio de la discusión sobre la reforma educacional, no debemos olvidarnos de los estudiantes inmigrantes. Hay que hacer que ellos vean como queremos en Chile al amigo cuando es forastero.
Humberto Santos
Investigador
Instituto de Políticas Públicas UDP
