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Un premio Nobel de la Paz en Chile

Consuelo Contreras
Por : Consuelo Contreras Directora Instituto Nacional de Derechos Humanos
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La visita al país de Kailash Satyarthi, Premio Nobel de la Paz 2014, merece una mención especial. Además de la admiración de todos quienes hemos tenido el privilegio de conocer y trabajar con él, su presencia en el país es motivo de profundo orgullo y agradecimiento, y su venida adquiere una dimensión singular para todas las organizaciones de la sociedad civil que trabajan por la defensa y promoción de los derechos de niños, niñas y adolescentes en Chile

Recibir el máximo galardón en Estocolmo simbolizó el triunfo de su persistente valentía en defensa de millones de niños y niñas oprimidos y del derecho irrenunciable a su educación. Esta causa forma parte de su vida desde pequeño, movilizándose contra el trabajo infantil y diversas formas de esclavitud en la India, su país natal.

[cita tipo=»destaque»]Su presencia en el país contribuirá a visibilizar una realidad que en los medios de comunicación no suele otorgársele el espacio que corresponde. Se estima que hoy en Chile trabajan 220 mil niños y niñas, de los cuales aproximadamente el 70% proviene de los hogares con más bajos ingresos del país, teniendo que laborar en algunos casos hasta 15 horas a la semana. A esta vulneración de derechos se suma que todavía no están tipificadas en la ley chilena las peores formas de trabajo infantil, es decir, actividades donde existe explotación por parte de adultos.[/cita]

Sin duda una de sus contribuciones más universales a la causa de la niñez en el mundo ha sido la Marcha Global contra el Trabajo Infantil, iniciativa planetaria en la cual me ha correspondido involucrarme directamente al ser Corporación Opción el punto focal en Chile y que tiene como objetivo erradicar el trabajo infantil en todas sus formas y asegurar el acceso de todos los niños y niñas a la educación pública y de calidad. Desde su inicio él lideró esta hermosa cruzada recorriendo 80 mil kilómetros y entregando su mensaje pacífico en países de Asia, África, América y Europa, recogiendo una tradición iniciada por Gandhi en el siglo pasado cuando emprendió una heroica travesía por el territorio indio por la independencia de ese país.

Su presencia en el país contribuirá a visibilizar una realidad que en los medios de comunicación no suele otorgársele el espacio que corresponde. Se estima que hoy en Chile trabajan 220 mil niños y niñas, de los cuales aproximadamente el 70% proviene de los hogares con más bajos ingresos del país, teniendo que laborar en algunos casos hasta 15 horas a la semana. A esta vulneración de derechos se suma que todavía no están tipificadas en la ley chilena las peores formas de trabajo infantil, es decir, actividades donde existe explotación por parte de adultos.

También la visita de Kailash ocurre en un momento en el cual se están discutiendo cuestiones centrales para la sociedad chilena que sin duda tienen relación directa con la vida de niños, niñas y adolescentes del país. Contar con una institucionalidad que garantice los derechos de la niñez de manera integral es un paso que el país debe dar en señal de un nuevo trato que también incorpora los valores por los cuales Kailash Satyarthi ha dedicado su vida.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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