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Si Alberto Hurtado viviera hoy

Andrés Moro
Por : Andrés Moro Vicario de la Pastoral Social, Director Fundación Padre Hurtado
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San Alberto Hurtado cumpliría este viernes 22 de enero 115 años. Si aún viviera sería una de las personas más longevas en nuestro país y seguramente además una de las más admiradas y reconocidas. Sabemos que nos dejó hace muchos años y lo impresionante es que su figura y su legado en vez de desaparecer cada día crecen más. ¿Qué nos diría Alberto Hurtado si estuviera vivo? No es difícil pensar en una respuesta si sabemos leer con detención los innumerables escritos que él nos legó. A través de ellos podemos intuir que la búsqueda de la justicia, el cuidar las confianzas mutuas, la presencia de un Cristo pobre y servidor y un profundo cariño y solidaridad a la Iglesia serían algunos de los temas y preocupaciones que hoy Alberto Hurtado nos invitaría a seguir profundizando, como discípulos de ese maestro que para él siempre fue un patrón generoso, entregado y que lo desafiaba en todo a Amar y Servir.

Pero Alberto Hurtado también se sorprendería de que muchas de sus advertencias a estudiantes y profesionales de los primeros 50 años del siglo pasado no calaron tan hondo como él quizás pensó en sus conferencias, acompañamientos y escritos. Porque a él le dolería hasta el alma ver la pobreza y la desigualdad que sigue habiendo en este Chile tan moderno en algunas cosas y tan miserable en otras. Le dolería ver a tantos hombres que no han sido capaces de ser fieles a la vocación recibida de Dios y a la confianza que la sociedad y la Iglesia han depositado en ellos y que ha producido tanto dolor en el Chile de hoy.

[cita tipo=»destaque»]A él le dolería hasta el alma ver la pobreza y la desigualdad que sigue habiendo en este Chile tan moderno en algunas cosas y tan miserable en otras.[/cita]

Nuestro santo, con la honestidad que lo caracterizaba, no reflejaría esos dolores, pero también nos invitaría a ir con los faroles por delante y a reconocer también tantos signos de la presencia del buen Dios en medio de nuestra sociedad y nuestra Iglesia. Le llenaría su corazón generoso el testimonio de creyentes y buena voluntad, que unidos en un servicio de un Chile mejor son capaces de creer y crear nuevas y creativas formas de solidaridad, justicia y equidad. Se sorprendería mucho que para la gran mayoría él sigue siendo un gran motor de inspiración y consejo.

Por todo lo expuesto al recordar el natalicio de San Alberto Hurtado, esto es un llamado a quienes somos los responsables de mantener viva su enseñanza y que su obra y testimonio sigan siendo un ejemplo para los habitantes de esta patria que tanto amó y sirvió.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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