Considerando el efecto mediático que ha provocado la salida del ex-director del Instituto Nacional de la Juventud – Injuv- Nicolás Preuss. Me parece interesante aprovechar la relevancia que ha tomado este tema en la agenda para reflexionar sobre los retos en el ámbito de juventud, especialmente siendo alguien que participó en la elaboración del programa de gobierno de la Presidenta Bachelet en esta área.
Luego de la creación del Injuv durante el gobierno del Presidente Patricio Aylwin y el escaso desarrollo que ha tenido este instituto en más de veinte años, es evidente que existe un desafío de maduración de la institucionalidad, para que quienes estén a su cabeza puedan efectivamente ser actores reconocidos tanto al interior del gobierno, como por otras ramas del Estado y la sociedad civil, de modo que, la institucionalidad asociada a la juventud tenga una figura visible y activa, que pueda efectivamente no solo opinar sobre las políticas públicas dirigidas a los jóvenes, sino que además tenga un efectivo rol coordinador, articulador y empoderado que permita integrar la perspectiva de quienes conforman este grupo etario.
El Programa de Gobierno de la Presidenta Bachelet dice: “Reforzaremos la institucionalidad pública, de manera que el Instituto de la Juventud (INJUV) pueda realizar una efectiva coordinación de las políticas multisectoriales, y crearemos en el Ministerio de Desarrollo Social una Subsecretaría de la Juventud.” La idea de que la institucionalidad logre estos objetivos es que también fortalezca el proceso democrático y articulador tomando en cuenta las nuevas formas de participación de los jóvenes en la sociedad civil, en la que tienen mucho que aportar, tanto desde las transmisión de sus experiencias como desde la definición en una lógica botton up –de abajo hacia arriba- de lo que son sus intereses para que estos sean representados por la institucionalidad juvenil. De este modo, efectivamente Injuv podría pasar de ser una productora de eventos, con muchos recursos para ello, a ser un verdadero actor de las políticas públicas del gobierno sin importar el color que este tenga.
[cita tipo=»destaque»]Injuv podría pasar de ser una productora de eventos, con muchos recursos para ello, a ser un verdadero actor de las políticas públicas del gobierno sin importar el color que este tenga.[/cita]
Hoy Injuv se dedica principalmente a realizar eventos masivos para jóvenes, regalar entradas al cine, generar grandes eventos de verano, entregar una tarjeta joven, implementar algunos mecanismos de participación y desarrollar la Encuesta Nacional de la Juventud, que es una importante fotografía de la realidad de la juventud en sus distintas etapas. Pero la idea es que si hablamos de juventud exista una institucionalidad capaz de ser parte de los procesos que transversalmente ocurren al interior del gobierno y sus sectores, abordando temas trascendentales para la agenda de gobierno como justicia juvenil, educación en todas sus etapas, salud, acceso al trabajo y su regulación, vivienda, familia, género, identidad sexual, origen étnico, participación civil y política, entre otras tantas temáticas que hoy carecen de la perspectiva de juventud, considerando además que vivimos en un mundo altamente dinámico en que los jóvenes se integran con facilidad, no así las instituciones e incluso –sin ánimo de descalificar- las generaciones que han administrado el poder en todas sus expresiones.
Es necesario modernizar y mejorar la gestión, para eso un avance relevante es incorporar a Injuv al Sistema de Alta Dirección Pública, que permita establecer un piso asociado a mérito y nivel académico para quienes lo dirigen.
Por lo anterior, he sido partidario de seguir un camino similar al de Sernam, que hoy es un ministerio y que ha logrado instalar una figura con capacidad de sentarse a la mesa con otros Ministerios, parlamentarios, gremios, trabajadores y diversas expresiones de la sociedad civil organizada, estableciendo resultados con mayor rapidez, fuerza y legitimidad en la discusión de los grandes temas que afectan a las mujeres, en este caso, orientado a los jóvenes. Pero se ha priorizado la idea de crear una subsecretaría de la Juventud, lo que es bueno, ya que cumple con el objetivo de ser un generador de políticas y abre el espacio para pensar en un futuro auspicioso para los jóvenes y sus problemáticas. Siendo la posibilidad de que esto no se concrete en esta gestión, algo preocupante.