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Comenzó la ofensiva: ¿qué está anticipando el movimiento de los secundarios?

Ilich Silva-Peña
Por : Ilich Silva-Peña Doctor en Ciencias de la Educación. Ex - Institutano
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Hace algunas semanas, estudiantes secundarios se tomaron las oficinas de Educación 2020, señalándolos como ideólogos de las reformas educativas impulsadas por el gobierno. En ese momento apuntaban a algo que es más profundo que quienes están a cargo de la implementación de la política. Equivocados o no, el movimiento estudiantil secundario se dirigía a quienes consideran como artífices de gran parte de los procesos que han sido implementados por el gobierno. Esta semana, un grupo de estudiantes representando a la ACES (Asamblea de Estudiantes Secundarios), irrumpe en La Moneda expresando el fracaso de la Presidenta. Otro grupo, representando a otra organización de estudiantes de secundaria (CONES), entregó pasas para la memoria en el Palacio presidencial. Son solo jóvenes, son solo un grupo, podría ser una respuesta apresurada y por supuesto equívoca.

El investigador Iván Salinas señala que la revolución pingüina nadie la vislumbró. Ni quienes estaban esperando el movimiento social del año, ni alguno de los centros de pensamiento fueron capaces de preveer lo que habría de ser uno de los movimientos de estudiantes secundarios más grandes que haya ocurrido en la historia a nivel internacional. Las voces que se alzaron para colaborar, solo atinaban a apoyar la crítica. Aquellos momentos, fueron para acompañar, más que para comprender teóricamente. En el movimiento del 2006 hubo mucha participación de los liceos llamados “emblemáticos”, pero fue también muy importante un gran grupo de voces provenientes de aquellos liceos marginados sistemáticamente. Desde la periferia iban al centro de Santiago alzando la voz e impulsando el movimiento.

Algunos artículos (son muchos los que se han desarrollado para tratar de explicar la irrupción del 2006), señalan al documental “Actores Secundarios” como el estopín del estallido nacional. El registro, desarrollado por un grupo de artistas audiovisuales que participaron en la lucha contra la dictadura, retrata al movimiento estudiantil de los años 80. El movimiento de estudiantes secundarios de lo que fue la Feses en la última década de dictadura, tiene como emblema la toma del Liceo A12 realizada el año 1985. A pesar de que existieron muchas marchas, tomas, ocupaciones, la acción realizada en ese establecimiento ha marcado a toda una generación. Con posterioridad a esa toma, el ministro de Educación de Pinochet tuvo que renunciar. El único movimiento social que botó a un ministro de la dictadura fue provocado por estudiantes secundarios.

Si uno piensa en la toma del A12, había un equipo comunicacional donde esos adolescentes manejaban contactos con medios en todo el mundo, hablaban diferentes idiomas. El equipo de choque tenía una preparación incalculable por los sistemas de seguridad del régimen, y así, suma y sigue. Hoy día, hemos visto una serie de acciones rigurosamente preparadas por los secundarios y secundarias. El quiebre de la seguridad en La Moneda es una de las acciones no violentas (o casi), más audaces que se ha visto en el último tiempo. Sin embargo lo que llamó más la atención es el hermoso video donde explican a través del lenguaje audiovisual las razones de esa rabia contenida que desborda. En el video mencionado, conectado claramente con el mensaje entregado en La Moneda, se ve a una juventud profundamente política que contrasta con la creciente deslegitimación del liderazgo institucional.

[cita tipo=»destaque»] En este pequeño ir y venir en la historia reciente del movimiento estudiantil secundario es donde se incorpora la pregunta: ¿qué tan secundario es el movimiento secundario? Dicha interrogante surge porque cada vez que los secundarios y las secundarias se alzan, algo viene. Puede ser en un par de semanas o en meses. El movimiento secundario tiene la capacidad de anticiparse; adolescentemente, quizás… precariamente, tal vez.[/cita]

En este pequeño ir y venir en la historia reciente del movimiento estudiantil secundario es donde se incorpora la pregunta: ¿qué tan secundario es el movimiento secundario? Dicha interrogante surge porque cada vez que los secundarios y las secundarias se alzan, algo viene. Puede ser en un par de semanas o en meses. El movimiento secundario tiene la capacidad de anticiparse; adolescentemente, quizás… precariamente, tal vez.

El movimiento estudiantil secundario, claro que está conformado por jóvenes, pero no es tan solo un grupo. Podríamos decir que es el anuncio de que algo importante está por venir. Si los grandes movimientos sociales en Chile fuesen un terremoto, algunos sismógrafos debieran estar en el movimiento estudiantil secundario, especialmente en los sectores populares. En este sentido, sería importante que tanto los representantes de gobierno como los partidos políticos pusieran más atención al movimiento que se gestó (no se está gestando, ya está).

A mediados de los 80 teníamos una gran demanda que era la no municipalización. Hoy, casi tres décadas después, la demanda continúa siendo la misma. Con la diferencia de que la juventud actual creció bajo otros parámetros y nuestro país tiene grandes movimientos en el cuerpo. De lo que fue el mochilazo el 2001, a la revolución pingüina el 2006, al movimiento social el 2011, van 5 años. Estamos a 2016… saque usted la cuenta. Este movimiento seguirá en ascenso mientras no tenga las respuestas que se requieren. Tal como lo señalan: comenzó la ofensiva.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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