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Por el desarrollo libre de la Música

Pedro Cisterna
Por : Pedro Cisterna Doctor en Ingeniería Ambiental Depto. de Ingeniería Civil y Ambiental, UBB
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La Declaración Mundial de la UNESCO sobre la educación Superior para el siglo XXI, afirma que la misión clave es contribuir al desarrollo sostenible y al mejoramiento del conjunto de la sociedad, mediante 6 lineamientos, de los cuales mencionare dos, por su pertinencia:
C) La promoción, generación, difusión de conocimientos por medio de la investigación científica, tecnológica, a la par de la que se lleva en la ciencias sociales, la humanidades y las artes creativas.

  1. D) La contribución para dar a comprender, interpretar, preservar, reforzar, fomentar y difundir las culturas regionales, nacionales, internacionales e históricas en el contexto del pluralismo y la diversidad cultural.

En absoluta contraposición a estos lineamientos, estos días hemos sido testigos de un conflicto público entre los ejecutivos de la Universidad de Concepción con los trabajadores de la Orquesta Sinfónica de la UDEC, fundada en 1952 bajo el nombre, Conjunto de Música de Cámara, seis años después, en 1958 pasó a depender de la Universidad de Concepción, en el periodo que era rector, Don David Stichkin, por tanto, ha caminado con el desarrollo de nuestra ciudad y de la Universidad de Concepción. Este conflicto, que surge del despido arbitrario de músicos reconocidos más allá de nuestras fronteras por su talento, desnuda y evidencia el desprecio por parte de los que dirigen la Universidad, primero a la dimensión y desarrollo cultural de la persona y además la falta de compromiso con su rol promotor de las artes creativas y de fomento de la cultura.

Ortega y Gasset decía “La ciencia es el portento humano, pero por encima de ella está la vida humana misma, que la hace posible”, y que expresión más humana y vital que la música.

Andrés Bello sostenía que “La universidad debe ser un cuerpo eminentemente propagador y expansivo de la cultura al pueblo”, y un siglo después Max Scheler afirmaba debe “ser centro de conservación y transmisión de la cultura”, y es precisamente lo que ha hecho a pesar de estas limitaciones la Orquesta Sinfónica y sus músicos.

[cita tipo=»destaque»]Al parecer hay una falta de reflexión acerca del deber ser de la Universidad, que se expresa en esta situación y otras, como el despido de académicos del área de ciencias sociales en enero de 2016, y lo más burdo es la falta de memoria, gratitud y consecuencia con los que fundaron la Universidad de Concepción, liderados por  don Enrique Molina Garmendia, la primera de regiones y que además es un patrimonio regional, ya que su legado expresado en el lema de esta valorada y apreciada institución es categórico.[/cita]

La esencia de la Universidad, es lo que Karl Jasper define como el “espíritu viviente”, que además señala, acerca del rol de la universidad “Nuestra tarea son las ciencias, pero el verdadero conocimiento solo lo obtendremos al conectar este conocimiento especializado con la totalidad del conocer, esta totalidad es la que nos impulsa hacia adelante, es el espíritu viviente”, en buenas cuentas es un espíritu integral y en permanente desarrollo para que tenga vida.

Al parecer hay una falta de reflexión acerca del deber ser de la Universidad, que se expresa en esta situación y otras, como el despido de académicos del área de ciencias sociales en enero de 2016, y lo más burdo es la falta de memoria, gratitud y consecuencia con los que fundaron la Universidad de Concepción, liderados por  don Enrique Molina Garmendia, la primera de regiones y que además es un patrimonio regional, ya que su legado expresado en el lema de esta valorada y apreciada institución es categórico: “El desarrollo libre del espíritu” y que mejor vehículo de libertad del espíritu, que la música.

Finalmente el Rector Lavanchy, en su discurso de conmemoración de los 97 años de la Universidad de Concepción, el año 2016, en la ciudad de Chillan, decía: «La vocación pública de universidades como la nuestra, y otras de carácter público no estatales que pertenecen al Consejo de Rectores, ha demostrado a través de los años, que el servicio, compromiso y sentido de lo público, trasciende de una definición jurídica formal”, y no cabe duda que el testimonio más elocuente de un compromiso público debiese ser el compromiso con las artes.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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