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Política de prevención de agresiones sexuales en un contexto universitario Opinión

Política de prevención de agresiones sexuales en un contexto universitario

Ignacio Sánchez
Por : Ignacio Sánchez Rector Pontificia Universidad Católica de Chile
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La Universidad ha querido plantear este relevante tema como una forma de responder integralmente y con una base real a los hechos de violencia sexual que han sido informados en las redes sociales y los que puedan ser denunciados y que afecten a alguna de las más de 40 mil personas, -en particular mujeres-, entre estudiantes, profesores, profesionales y administrativos que conviven en los espacios que componen nuestra comunidad universitaria. El trabajo de la Comisión consistió en analizar los actuales sistemas, procedimientos y protocolos asociados al manejo de situaciones de violencia sexual en la Universidad, junto con analizar la experiencia comparada a nivel nacional e internacional en el tema. De esta completa revisión y estudio han surgido significativas propuestas de mejoras de estos procedimientos y protocolos internos y se ha propuesto un programa de prevención y sensibilización de la comunidad en cuya implementación por supuesto debe jugar un rol clave toda la comunidad universitaria.


La denuncia de violencia y agresiones sexuales en las comunidades universitarias es un hecho frecuente, tanto a nivel internacional, como en nuestro país. El año pasado, se presentó en la UC el informe que preparó la Comisión de prevención y apoyo a víctimas de violencia sexual en contextos universitarios, creada de manera interdisciplinaria y con la participación de todos los estamentos. Este documento fue previamente sometido a discusión en el Honorable Consejo Superior de la Universidad. La Comisión realizó un trabajo en profundidad en esta importante materia, con el fin de crear orientaciones para el desarrollo e implementación de una política preventiva desde una mirada amplia que ha involucrado a distintas disciplinas y unidades de la Universidad.

Este estudio es coherente con nuestra política de promover el cuidado y la calidad de vida de todos los miembros de la comunidad universitaria a través de la consolidación de una cultura del respeto, la que se ha implementado a través de una promoción transversal reflejada en el actual Plan de Desarrollo y en acciones concretas que se han ido complementando a lo largo de los años. Ejemplo de esto han sido la implementación de distintas iniciativas, tales como la creación de nuevos espacios de diálogo, -en el formato La UC Dialoga-, la figura del Ombuds o mediador universitario, -que ya lleva cuatro años de importante labor-, y la puesta en práctica del Código de Honor, -que destaca la integridad académica y laboral-, solo por nombrar algunas de estos aportes a la comunidad.

La Universidad ha querido plantear este relevante tema como una forma de responder integralmente y con una base real a los hechos de violencia sexual que han sido informados en las redes sociales y los que puedan ser denunciados y que afecten a alguna de las más de 40 mil personas, -en particular mujeres-, entre estudiantes, profesores, profesionales y administrativos que conviven en los espacios que componen nuestra comunidad universitaria. El trabajo de la Comisión consistió en analizar los actuales sistemas, procedimientos y protocolos asociados al manejo de situaciones de violencia sexual en la Universidad, junto con analizar la experiencia comparada a nivel nacional e internacional en el tema. De esta completa revisión y estudio han surgido significativas propuestas de mejoras de estos procedimientos y protocolos internos y se ha propuesto un programa de prevención y sensibilización de la comunidad en cuya implementación por supuesto debe jugar un rol clave toda la comunidad universitaria.

Como lo reafirmó el informe de la Comisión, la Universidad Católica y toda su comunidad, considera que los hechos de violencia sexual son absolutamente contrarios a los valores y la misión de nuestra institución y a su aporte a la sociedad, es decir son atentatorios contra la dignidad humana. Por ello, ha dispuesto la creación de esta política preventiva, inclusiva, que está destinada a proteger y cuidar la dignidad de cada uno de los miembros de nuestra comunidad: estudiantes, académicos, profesionales y funcionarios.

El informe de la Comisión abarca amplias materias, que se incluyen en el marco de la política de prevención y apoyo de violencia sexual; otras materias relacionadas con aspectos legales y reglamentarios; así también la definición de un protocolo de acción; la recomendación de procesos de acompañamiento a víctimas de violencia sexual y un apoyo a las personas que trabajan en las mismas unidades que enfrenten situaciones de crisis originadas por estos hechos. Hemos constatado en este informe, que en la Universidad, aunque se cuenta con mecanismos y sistemas de acción para abordar los casos de violencia sexual, aún hay mucho espacio para crecer y mejorar en la implementación de una política de prevención y autocuidado como la que se propone, y que está de acuerdo a la realidad internacional.

Así, con las recomendaciones contenidas en el informe que dio origen a nuestros reglamentos, se aspira a fortalecer el rol fundamental que tiene la Universidad en promover el bienestar de sus estudiantes, académicos y funcionarios, y poder brindarles el apoyo necesario cuando alguno de sus miembros sea víctima de violencia o agresión sexual. El desafío es que las recomendaciones y medidas propuestas en el informe, se puedan manifestar en una estrategia concreta y un plan de acción que sea validado por toda la comunidad. En este objetivo, el compromiso de todos con esta iniciativa nos va a permitir seguir fortaleciendo la cultura del respeto en nuestra comunidad universitaria. En este año de trabajo, podemos constatar que el trabajo necesariamente debe ser interdisciplinario y realizado de manera integrada. De hecho, hemos potenciado la discusión académica, y proseguido el análisis con la presencia de un profesor extranjero, -experto en la materia-, que permite mirar el tema con la experiencia de otras grandes universidades a nivel internacional.

Es importante comprender que alcanzar el desarrollo de una cultura de respeto a la dignidad de las personas y su sexualidad, solo será posible en la medida que se desarrolle un trabajo conjunto entre todos los miembros de la comunidad, vale decir los estudiantes, autoridades, cuerpo académico, funcionarios y profesionales. De esta manera, con esta política se propone estimular la reflexión acerca de cómo vivimos en comunidad y de la importancia que reviste el respeto mutuo en el quehacer de la vida universitaria.

 

 

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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