El modelo de desarrollo y modo de producción capitalista implementado ya en casi la totalidad del planeta han provocado un severo daño al ecosistema, contaminando aguas, dañando la capa de ozono y explotando sin medida los recursos naturales. Este modelo de desarrollo basado en la extracción, ha provocado una crisis ecológica planetaria, llamada el “calentamiento global” que pone en riesgo la sobrevivencia del planeta que conocemos. Ante esta realidad, 198 países han acordado en Naciones Unidas un plan estratégico al año 2030, que han llamado Objetivos para el Desarrollo Sostenible.
Con lo anterior queremos mostrar que la sostenibilidad es ya un tema de la humanidad y por tanto es menester buscar el apoyo de otras disciplinas – distintas a la sola tecno ciencia imperante – para encontrar miradas complementarias que nos conduzcan a un mejor desarrollo de la existencia y del “habitar” en la tierra.
Indudablemente la filosofía tiene un rico y profundo aporte que hacer, llamándonos a una crítica reflexiva sobre las razones que nos han llevado a estos desequilibrios, como también a una búsqueda de un modo de vida alternativo que encuentre un nuevo arraigo del hombre en la Tierra o con la Tierra. ¡Que pensador más adecuado para demostrar aquello que recurrir al más importante filosofo del siglo XX, Martin Heidegger y examinar que luces nos puede dar al respecto!
[cita tipo=»destaque»]Con lo anterior queremos mostrar que la sostenibilidad es ya un tema de la humanidad y por tanto es menester buscar el apoyo de otras disciplinas – distintas a la sola tecno ciencia imperante – para encontrar miradas complementarias que nos conduzcan a un mejor desarrollo de la existencia y del “habitar” en la tierra.[/cita]
Heidegger desde el año 1927 en su obra Ser y Tiempo define el Dasein como el Ser en el mundo, como una misma cosa o sinónimos, entonces cuidar el planeta es cuidar nuestra esencia. Luego, durante la evolución de su pensamiento introduce conceptos como: el de Habitar-cuidar, salvación- dejar ser, arraigo, tierra natal, y considerar a la naturaleza como Physis griega, es decir no mesurable y fuente de misterio más que como recurso a ser explotado y tratado como una estantería de mercaderías. También define la cuaternidad cielo, divinidad, tierra y mortales como en una constante interrelación existencial entre ellos, es decir no separables.
Es necesario definir ecología y más precisamente la ecología profunda que consideramos más cercana al pensamiento de Heidegger. La palabra ecología proviene del griego: oikos hace referencia a los quehaceres familiares «y parece ser que Haeckel trataba de que sus lectores imaginaran una especie de economía orgánica y global en la que todas las especies desempeñaban un cierto papel.»
Desde esta definición los movimientos o pensamientos ecológicos han evolucionado desde las más conservacionistas hasta una “eclosión de éticas ecológicas, desde las más superficiales hasta las más radicales; desde las más complacientes con el actual sistema económico hasta aquellas que, desde la problemática medioambiental, han considerado necesario cuestionar nuestro modelo de acumulación capitalista, así como la jerarquía de valores que le es propia”.
Como mencionamos arriba el concepto de ecología profunda, entendida como una ecología, para defender el “derecho de la Tierra”, más allá de la mera sostenibilidad para la vida humana. Esta tendencia es muy acorde con el pensamiento de Heidegger si consideramos la cuaternidad y también muy actual en nuestros días leyendo, por ejemplo, la constitución de Ecuador que considera a la naturaleza como sujeto de derecho.
