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¿Puede traer amor y más ayuda, por favor?

Por: Valeria Denegri


Señor Director:

Amnistía Internacional (AI) declaró que 10.000 inmigrantes fueron secuestrados el pasado año en un período de tan solo seis meses, y que seis de cada diez mujeres que intentan este viaje a los EEUU sufren abusos sexuales. Estas son solo algunas de las casi incontrolables cifras alarmantes. Su única ayuda son personas como Las Patronas: un grupo de mujeres de Veracruz que desde 1995 entrega alimentos,  pagados por ellas mismas, a estos migrantes en tránsito a bordo de La Bestia para conseguir el ‘’sueño americano’’ o simplemente garantizar un futuro digno a su familia.

Este fenómeno de altruismo es increíble y estas mujeres deberían ser un ejemplo para todo el mundo, sobre todo, para las instituciones estatales, a fin de que tomen medidas concretas y no ignoren esta situación y sus implicaciones. Pero no es así. Esta realidad sigue muy extendida desde hace años y sin ninguna solución o ayuda por parte del Estado.

Las Patronas nunca han recibido subvenciones estatales. Solo diversos organismos mundiales de derechos humanos han reconocido su trabajo: se han hecho exposiciones fotográficas sobre su labor y sus empresas; en 2014 El País público un fotorrelato y, en 2016, un artículo sobre este tema. Y gracias al documental “Llévate mis amores’’ este fenómeno hoy en día nos resulta bastante familiar.

Es verdad que la opinión pública se ha sensibilizado y que si, antes, La Bestia pasaba cargada con más de 800 migrantes, hoy, las leyes se han endurecido para que la gente llegue a pie o en coche; asimismo, la comida se entrega en algunos comedores y albergues. ¿Podemos decir que hemos hecho progresos? ¿Que se han alcanzado los objetivos esperados? ¿Que los sufrimientos de los inmigrantes y también de estas mujeres han merecido la pena, a la luz de estos resultados?

Yo creo que no. En cambio, considero que esta iniciativa tendría que haber sido motivo de reacción y, sobre todo, de acción. No obstante, se ha quedado en el olvido otra vez, sin visibilidad o consideración por parte de las instituciones. Excluyendo los pocos hechos ya citados que pueden definirse como ideales y formales. En situaciones como esta se necesitan recursos, voluntad y tiempo. Sirven leyes que protejan los derechos humanos y que sean respetadas gracias a la intervención del Estado. Sirve ayuda concreta y no un buenismo aparente y superficial. En conclusión, ¿puede traer amor y más ayuda, por favor?

Valeria Denegri

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