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La sanción a Pamela Jiles

Por: Robinson Palacios


Señor Director:

Hemos visto como se ha creado una polémica respecto al fallo de la Comisión de Ética de la Cámara de Diputados que habría emitido una sanción en contra de la diputada Humanista Pamela Jiles, esto a causa de su accionar al interior de la Cámara Baja luego de que el diputado UDI Osvaldo Urrutia insultara la memoria de torturados y de las víctimas de la dictadura.

La cobertura al hecho me parece interesante de observar, puesto que se difundió por muchos medios de comunicación que era una “sanción simbólica”, así, en una cita textual, pero sin hacer referencia a quién emitió esa declaración. En el caso de La Tercera se indicaba que esa declaración fue realizada por “miembros de la Comisión”, y creo es válido preguntarse ¿Quiénes son esos miembros? ¿Varios diputados dijeron lo mismo? ¿Es la declaración del fallo de la Comisión? Otros medios optaron por indicar “según consigna La Tercera”. Lo relevante es que no queda suficientemente claro el emisor de dicha cita, y este caso no amerita ni justifica proteger la fuente, ya que se prestaría muy fácilmente para jugadas e intereses políticos individuales o sectarios. Además, porque esta cita cumplió un rol muy importante en la noticia ya que le daba de alguna manera validez y veracidad, puesto que no hay documento visible que de fe de la sanción. La frase “sanción simbólica” fue replicada por casi todos los medios de comunicación, algunos de los cuales ni siquiera hicieron referencia a quién emitió esa frase ni su origen mediático, pero la utilizaron incluso en el titulo de la publicación.

Este hecho nos debería hacer pensar en como la prensa cubre los hechos noticiosos. Muchos periodistas y editores confían ciegamente en la investigación de otros medios y periodistas, como si no existieran agendas propias, distintos estándares éticos, pensando que si la información no es correcta el responsable de esa falta ética y profesional sería únicamente el medio del cual “se colgaron”. Está lógica debería ser evidentemente incorrecta.

También deberíamos reflexionar sobre que pareciera ser que nadie investigó como falla la Comisión de Ética, información que es de fácil acceso, forma que incluso es explicada en las resoluciones de dicha comisión. Una investigación rápida por “google” hubiera dado luz a que los fallos de la Comisión de Ética son en base a las normas reglamentarias, no en base a consideraciones morales personales respecto a un hecho. Quiero profundizar en esto: personalmente me gustó la actitud de la diputada Jiles ante las aberraciones de los dichos de Urrutia, sin embargo si yo fuera miembro de un consejo o comisión de ética, mi apreciación personal del hecho debería quedar relegada por lo que indica el reglamento o normas de la organización. Si se conoce que la Comisión de Ética falla según normas reglamentarias y se investigan esas normas ¿resultaría verdaderamente “insólito” el fallo? Esta interpelación es directa a este medio que tituló la noticia “Insólito: Comisión de Ética sanciona a Pamela Jiles por «altercado» con Ignacio Urrutia”.

Según mi experiencia laboral, y creo que acá muchos se pueden ver representatos, al iniciar un trabajo ciertas empresas te obligan a firmar un reglamento de conducta que fija la norma o comportamiento ético al interior de la organización. ¿Por qué es esto necesario? Porque si nos desenvolvieramos en base a nuestra moral personal nunca habría consenso, sería un caos. Si la lógica fuera fallar desde la moral individual la Comisión de Ëtica sería un instrumento político a voluntad, un arma, un peligro para la democracia.

Finalmente, me extraña que la diputada Jiles optara por guardar silencio, y que se dedicara estos últimos días a difundir apoyo de terceros incluso con ataques a sus compaeros del Frente Amplio. Ella cuando juró como diputada en marzo aceptó las normas reglamentarias de la Cámara de Diputados, yo supongo que fue responsable y las leyó, supongo debe saber que no se permite la agresión verbal al interior de la Cámara, aunque personalemnte ella, tal como yo, crea que estaba justificada por la gravedad de los dichos de Urrutia. Entonces, creo es relevante pensar en que debemos ser responsables de nuestros actos, aún cuando nos traigan sanciones por acciones que pensamos moralmente que son justas y correctas.

Si lo vemos bien, una sanción de 18 mil pesos considerando lo que gana como diputada solo proyecta lo insignificane de la falta ética que cometió, algo que lo definió la propia Comisión. En otros trabajos, no cumplir con las normas de comportamiento o el reglamento es causal de despido, no importaría nada si la agresión que cometiste fue porque otro te agredió primero.

Robinson Palacios

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