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Bolsonaro y el triunfo del populismo de derecha en Brasil Opinión

Bolsonaro y el triunfo del populismo de derecha en Brasil

Cedric Steinlen
Por : Cedric Steinlen Docente universitario con Licenciatura en Historia, Magíster en Estudios Internacionales y Máster en Estudios Avanzados en Filosofía
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El triunfo electoral de Jair Messias Bolsonaro en la candidatura presidencial de Brasil por el  PSL (Partido Social Liberal), se puede comprender desde la perspectiva teórica del populismo de derecha propuesto por la politóloga belga Chantal Moufee. Según ella,  el principal factor para el surgimiento de este fenómeno político es el estrechamiento de la democracia producido por las políticas del consenso de la centro-izquierda y la centro-derecha.

Esta estrategia política que se instaura en Latinoamérica en la década de 1990 bajo las exigencias del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, es una forma de gobernar que habría fomentado un proceso de pérdida de interés en la política por parte de los ciudadanos al no haber nada realmente en disputa.

En este sentido, los gobiernos del PT (Partido de los Trabajadores) liderados por Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff, para lograr garantizar la gobernabilidad de sus gobiernos progresistas de izquierda debieron hacer alianzas con la centro-derecha. Recordemos que el actual Presidente de Brasil Michel Temer -que llega al poder luego del impeachment-, fue Vicepresidente de la ex Presidenta Rousseff y forma parte del partido PDMB (Partido del Movimiento Democrático Brasilero) que es de centro-derecha.

Ahora bien, a esto se suma que el PT al pactar con la centro-derecha hipotecó su identidad de partido de izquierda al aceptar las reglas del juego de la corrupción del sistema político brasileño y de la élite económica. Si bien no hay que desconocer los grandes avances en materia de igualdad y en políticas progresistas, la izquierda brasileña tiene que hacer una autocrítica en lo que se refiere a los casos de corrupción y manejo macroeconómico durante la crisis económica que golpeó a Brasil.

En este contexto, la ultraderecha fue ganando terreno al construir un “nosotros” a través de la exaltación de las pasiones en una población que estaba carente de una alternativa a la política de los acuerdos entre cuatro paredes (en algunos casos con maletas llenas de reales), lamentablemente esta identidad colectiva se elaboró a partir de símbolos políticos autoritarios.

[cita tipo=»destaque»]En este contexto, la ultraderecha fue ganando terreno al construir un “nosotros” a través de la exaltación de las pasiones en una población que estaba carente de una alternativa a la política de los acuerdos entre cuatro paredes (en algunos casos con maletas llenas de reales), lamentablemente esta identidad colectiva se elaboró a partir de símbolos políticos autoritarios.[/cita]

Luego de esta legítima derrota electoral de la izquierda brasileña, ésta debería repensar su estrategia y horizonte político. Como hemos visto en las últimas semanas el llamado a la razón al votante de Bolsonaro –que cree en las fake news a ciegas, sin ninguna reflexión o contrastación con fuentes confiables–  no ha dado los resultados que se esperaban. Esto se debe a que el PT no hizo una  campaña para recuperar la confianza de los electores o en donde se esbozara la voluntad de realizar un cambio real al establishment que es lo que estaba en entredicho.

Para que las fuerzas progresistas puedan derrotar a la derecha populista debe surgir una nueva izquierda que sea capaz de movilizar a las mayorías que el PT perdió, a través de un discurso democrático pluralista que enfatice en la necesidad de  recuperar una identidad popular con políticas diferenciadoras que promuevan la superación de la cultura de la corrupción y aspiren a la construcción de un país más libre e igualitario.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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