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Vuelve el gas natural desde Argentina: implicancias para un desarrollo sustentable Opinión

Vuelve el gas natural desde Argentina: implicancias para un desarrollo sustentable


La información no puede sino considerarse como una muy buena noticia. Para muchos puede ser difícil de digerir, pero esto puede significar un inicio para que Argentina abastezca nuevamente toda la demanda de gas natural que necesitemos y aún más, aspirar a construir una plataforma de licuefacción de gas en Chile y exportar gas natural licuado (comercialmente denominado GNL) hacia los mercados asiáticos.

Probablemente muchos no querrán recordar la experiencia vivida a partir del año 2004, cuando Argentina, unilateralmente, cortó los flujos de gas natural que cruzaban la cordillera poniendo en serio riesgo el suministro eléctrico de Chile y dejando inutilizados cuatro gasoductos que conectan ambos países, y que significaron inversiones del orden de los 2.300 millones de dólares. ¿La razón? Argentina no producía suficiente gas para satisfacer la demanda interna y era políticamente inaceptable privilegiar la exportación, por sobre las necesidades de la población local, algo que cualquier gobierno habría hecho.

Chile debió enfrentar la pérdida del suministro de gas desde Argentina mediante una rápida coordinación entre el Estado y el mundo privado. Se construyó el primer terminal de regasificación del cono sur en Quintero, y desde ese momento, hemos continuado construyendo centrales térmicas a carbón como Ventanas y Campiche en la comuna de Puchuncaví, Santa María y Boca Mina 2 en Coronel, las termoeléctricas en las comunas de Mejillones y Tocopilla y más de sesenta centrales a diésel que se distribuyen entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos. Las consecuencias medioambientales y el impacto negativo en la salud de miles de personas son conocidas. Lo paradojal es que, con la eventualidad de la llegada del gas argentino, gran parte de esta infraestructura de generación eléctrica podría ser reemplazada por gas natural, un combustible más barato y menos contaminante, con evidentes beneficios para la gente.

Pero ¿está Chile en condiciones de confiar nuevamente en Argentina como un único suministrador de gas natural? La teoría del libre mercado indica que, si el precio de la oferta es conveniente para los consumidores, es decir nosotros, deberíamos estar dispuestos a tomar todo el gas que Argentina nos pueda vender. Como nos hemos acostumbrado, al fin y al cabo, será un acuerdo entre privados que, si es un buen negocio, generará beneficios a ambos lados de la cordillera.

¿Cuánto gas existe en Argentina? Mucho y es sólo cuestión de precio para extraerlo. La información geológica indica que Argentina tiene suficiente gas técnicamente extraíble como para convertirse en un exportador de gas natural, sin poner en riesgo su abastecimiento interno, con reservas posibles para los próximos 75 años o más. Sin embargo, Argentina hoy importa más de 20 millones de metros cúbicos de gas por día, gasta más de 3.500 millones de dólares importando el gas desde Bolivia y barcos con GNL desde Qatar, Trinidad y Tobago, Nigeria o Australia. Un contrasentido que limita con lo absurdo pero que alimenta las fuentes para seguir desarrollando el realismo mágico latinoamericano.

Argentina tiene las condiciones geológicas para generar una industria en torno a sus reservas de gas natural no convencional que beneficiaría sin ninguna duda, a la mayoría de los argentinos y a sus vecinos. Para hacerlo, necesariamente debe llevar los precios de este insumo a niveles acordes con los costos de producción y disminuir progresivamente las distorsiones y los subsidios internos. El problema es que en Argentina aún no se socializa el hecho de que el gas no convencional se encuentra en rocas difíciles de producir, que requieren tecnologías especiales de perforación, terminación, estimulación y extracción y lo más importante, un precio adecuado para lograr una producción económica.

[cita tipo=»destaque»]Pero ¿está Chile en condiciones de confiar nuevamente en Argentina como un único suministrador de gas natural? La teoría del libre mercado indica que, si el precio de la oferta es conveniente para los consumidores, es decir nosotros, deberíamos estar dispuestos a tomar todo el gas que Argentina nos pueda vender. Como nos hemos acostumbrado, al fin y al cabo, será un acuerdo entre privados que, si es un buen negocio, generará beneficios a ambos lados de la cordillera[/cita]

La política de estímulo a la producción de gas no convencional implementada por la administración del presidente Macri, pretende transitar en esta dirección. Para ello, el Estado paga este año un precio de US$7.5 por millón de BTU (unidad térmica británica que equivale a 27,8 m3 de gas) por el gas no convencional, con una curva descendente hasta el año 2021 cuando se espera que los productores puedan rentabilizar la explotación de este recurso con precios en torno a los US$ 4 por millón de BTU. A estos precios, Chile podría obtener grandes beneficios e integrarse con Argentina en un plan que potencialmente generaría oportunidades para mejorar la calidad de vida de millones de personas y generar las bases para un desarrollo energético sustentable.

Hasta el momento los resultados son auspiciosos. Aprovechando el estímulo a la producción de gas de reservorios no convencionales, la compañía Tecpetrol ha invertido alrededor de 1.100 millones de dólares logrando en un año, aumentar la producción en once veces. Al mes de Julio de este año Tecpetrol producía 8 millones de metros cúbicos de gas no convencional desde la formación Vaca Muerta, con buenas proyecciones para llegar a 18 millones de m3 por día el próximo año y transformarse en el principal yacimiento de gas natural del país. A este ritmo, y si el estímulo a la producción de gas no convencional continúa, Argentina tendrá más excedentes de gas estacionales a partir del próximo año; podría lograr un autoabastecimiento el año 2020/21 y deberá buscar mercados para sus excedentes anuales a partir del año 2021/22. La industria se lo ha planteado a la autoridad política. Ésta es una de las razones por las cuales el 17 de agosto pasado se dictó un decreto supremo con el procedimiento para la autorización de exportaciones de gas natural para periodos estacionales; de 1, 5 y 10 años, con la indicación precisa de no poner en riesgo el abastecimiento interno.

Muy pocos se atreven a tomar decisiones hoy y a comprometer recursos a largo plazo. Sin embargo, la disponibilidad de gas natural al otro lado de la cordillera representa para Chile una gran oportunidad. El gas natural es el combustible más adecuado para planificar la transición energética hacia una matriz sustentable basada en nuestras energías renovables solar, eólica, hidráulica y geotérmica. El desafío en este lado de Los Andes es anticipar escenarios e iniciar desde ahora una adecuada coordinación entre el mundo privado y político, tomando en cuenta los extraordinarios beneficios que podría significar para ambos pueblos, un trabajo integrado en la búsqueda de un futuro sustentable.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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