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Ahorrantes forzosos y AFP: ¿Hora de negociar? Opinión

Ahorrantes forzosos y AFP: ¿Hora de negociar?

Luis Machuca
Por : Luis Machuca Ingeniero Comercial (U. de Concepción), Magister en Planificación y Gestión Educacional (UDP), docente universitario y consultor.
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Respecto a la modalidad de cálculo de las pensiones por retiro programado, quienes se pensionan inmediatamente después de terminar de trabajar, se encuentran con la dura realidad de que su pensión representa una fracción muy menor de sus últimas remuneraciones. Es el caso de la profesora de Antofagasta. Pocos cotizantes del sistema de ahorro forzoso saben que es mejor dejar un espacio sin cotizar antes de pensionarse a objeto de bajar la exigencia en orden a que la pensión calculada bajo los parámetros de la Superintendencia de Pensiones, debe guardar una determinada correlación con las últimas remuneraciones.


La cuestión de la propiedad de los fondos previsionales ha sido relevada al primer plano por las mismas AFP quienes, en su afán de acceder a la administración del 4% adicional, han incurrido en el error de enfatizar este aspecto, sin percatarse que podría transformarse en un boomerang. Por cierto, es altamente improbable que el recurso presentado por una profesora jubilada que pretende acceder al 100% de su ahorro previsional, y que ha sido derivado al Tribunal Constitucional, tenga éxito en el sentido que éste último dictamine  en contra de lo establecido en el DL 3.500 de 1981. En el mejor de los casos podría fallar, incorporando en el mismo fallo, algunas observaciones de carácter secundario en cuanto a la forma como está redactado el referido DL. No más que eso.

En el intertanto se habrá generado una expectativa desmedida, por parte de los ahorrantes forzosos del sistema previsional, a la vez que se hará más dificultoso el seguimiento de la discusión que se da en el parlamento. Y esto último es altamente perjudicial por cuanto a las organizaciones sociales (más que los parlamentarios de oposición, por cierto), lo que les debe interesar, por sobre todo, es enfatizar el hecho dramático de que lo que se discute allí, bajo el rótulo de “reforma previsional” ni siquiera es tal. En realidad, lo que se discute no se acerca en nada a lo que constituye la aspiración más anhelada de los pensionados bajo las normas del DL3.500, esto es, pensiones dignas a las que sólo podría accederse bajo un régimen previsional radicalmente distinto al que existe y al que continuará existiendo una vez tramitada la reforma. Porque el hecho de fondo es que las pensiones se continuarán calculando bajo los parámetros actuales, es decir determinadas por cuatro factores: el ahorro individual acumulado, el promedio de las últimas remuneraciones imponibles, la expectativa de vida y la rentabilidad esperada de los fondos.

El primer factor lo determinan las remuneraciones imponibles, el porcentaje de aporte a la futura pensión, la continuidad laboral y la rentabilidad del ahorro. Las remuneraciones en Chile, son, en promedio, bajas. La mitad de la fuerza laboral gana menos de $500 mil mensuales, en circunstancias que en un solo rubro del gasto familiar- la vivienda- se va en promedio entre el 50 y el 60% bajo la forma de arriendo o dividendo. Con un sistema de previsión como el actual ni siquiera un 14% de cotización mejora sustancialmente las pensiones. La estabilidad laboral ya está siendo fuertemente afectada por la precariedad creciente  en distintas áreas del empleo. Y respecto a la rentabilidad de los fondos previsionales ya hemos conocido los oscuros pronósticos para el futuro.

Respecto a la modalidad de cálculo de las pensiones por retiro programado, quienes se pensionan inmediatamente después de terminar de trabajar, se encuentran con la dura realidad de que su pensión representa una fracción muy menor de sus últimas remuneraciones. Es el caso de la profesora de Antofagasta. Pocos cotizantes del sistema de ahorro forzoso saben que es mejor dejar un espacio sin cotizar antes de pensionarse a objeto de bajar la exigencia en orden a que la pensión calculada bajo los parámetros de la Superintendencia de Pensiones, debe guardar una determinada correlación con las últimas remuneraciones.

Respecto a la expectativa de vida y las estimaciones de rentabilidad futura del ahorro forzoso, ya sabemos que están definidos arbitrariamente por el Superintendente de Pensiones. Las expectativas de vida exceden en al menos 5-6 años la edad efectiva de fallecimiento del promedio de pensionados. Y las rentabilidades esperadas de los fondos están siendo definidas crecientemente a la baja, cuando en lo que va corrido del presente año, se ha dado exactamente lo contrario.

Quizás sea el momento de negociar. Las AFP van a seguir existiendo. ¿Quieren acceder a la opción de administrar el 4% adicional? OK, pero entonces introduzcamos algunas modificaciones. Por de pronto eliminación de la comisión por administración de la pensión al menos a las pensiones más bajas; facultad a los cotizantes para elegir quién administra su 14%; traspaso de parte de las  ganancias de las administradoras a los cotizantes en los casos que los multifondos renten negativamente y posibilidad que los pensionados tengan la posibilidad de ejercer efectivamente su “propiedad” sobre los fondos previsionales. Esto último, estableciendo un mecanismo para que el pensionado pueda retirar mensualmente, bajo la misma modalidad de retiro programado, una suma adicional por sobre la que determina la AFP en su cálculo anual de la pensión y que se informa al usuario en la denominada Ficha de Cálculo de Pensión. Por ejemplo, hasta un 20% adicional. Así, una pensión calculada según los parámetros arbitrarios e inapelables de la Superintendencia de, por ejemplo, UF 15 mensuales, podría alcanzar a UF 18.

Sobre este último punto, se argumentará – por parte de las AFP y el Gobierno que hacen frente común- que se agotarán más rápidamente los fondos previsionales. Pues bien, las opciones de seguros al efecto existen y son fáciles de implementar. Después de todo, la alternativa para las AFP podría ser peor en un escenario de facultad discrecional de los ahorrantes forzosos para retirar todo su ahorro o gran parte de él, como en la opción planteada recientemente por parlamentarios de la DC.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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