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La UE y América Latina y el Caribe: aunar esfuerzos frente al coronavirus Opinión

La UE y América Latina y el Caribe: aunar esfuerzos frente al coronavirus

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Josep Borrell Fontelles
Por : Josep Borrell Fontelles Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Vicepresidente de la Comisión Europea.
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Hace pocos años, la Unión Europea situó el concepto de resiliencia o capacidad de sobreponerse a situaciones de crisis en el centro de su Estrategia Global y de Seguridad. En un mundo más complejo, competitivo e interconectado, se asumía que la seguridad y el bienestar iban a enfrentarse a nuevos desafíos geopolíticos, así como a los riesgos transnacionales derivados de la globalización. Ello exigía fortalecer la capacidad de cada país para encajar y sobreponerse a un choque externo. Este es un objetivo de nuestra cooperación internacional, pero también interpela a una UE que se sabe vulnerable ante esos riesgos.

Hoy, el coronavirus supone una prueba fundamental de resiliencia para las sociedades, las economías y la gobernanza en todo el mundo. Ante una pandemia mundial no caben respuestas exclusivamente nacionales ni un uso interesado de la cooperación o del poder económico con fines geopolíticos. Sin duda, hay distintas capacidades y responsabilidades de partida, pero sin apoyo mutuo o acciones globales conjuntas, el impacto de la enfermedad puede ser aún más devastador para todos.

La Unión Europea y sus ciudadanos estamos atravesando momentos muy duros. Pero somos conscientes de que para superar la pandemia debemos cooperar con todos nuestros socios, trabajando codo a codo. Y lo sabemos porque llevamos décadas haciendo frente común a otros desafíos compartidos en todo el mundo, y en particular en América Latina y el Caribe. Y es por ello que, a pesar de nuestras propias dificultades, la Unión Europea ha decidido reorientar de inmediato los programas de cooperación técnica y financiera con América Latina y el Caribe para responder a esta pandemia, con un total de 918 millones de euros, como parte de la respuesta global en apoyo a los esfuerzos de los países socios por atajar a la COVID-19. Así, se destinarán 9 millones de euros para financiar la labor de la Organización Panamericana de la Salud y de la Federación Internacional de la Cruz Roja en Venezuela y países vecinos. Además, el Banco Europeo de Inversiones ya ha anunciado que movilizará hasta 5.200 millones de euros para responder a las necesidades de financiación urgentes en más de 100 países en todo el mundo.

En Chile, la Unión Europea y sus Estados Miembros han seguido de cerca la respuesta integral del estado al abordar este desafío sin precedentes tanto al nivel nacional como a nivel regional con acciones de coordinación en el ámbito de PROSUR y la Alianza del Pacífico. Además, se encontraron nuevas formas de apoyo mutuo en el ámbito consular y se están recalibrando nuestros programas emblemáticos. Finalmente, se apoyarán los esfuerzos conjuntos de la sociedad civil, el gobierno y el sector privado para proporcionar la asistencia necesaria a los más vulnerables y sensibilizar al público sobre medidas básicas para afrontar los desafíos de la pandemia.

Más allá de estas acciones, donde nuestra asociación estratégica con Latinoamérica y el Caribe puede ser más efectiva, es impulsando juntos una respuesta coordinada y multilateral robusta. Nuestras regiones han sabido responder a la crisis sanitaria, aplicando drásticas pero necesarias medidas como el distanciamiento social o el confinamiento. Pero la crisis sanitaria no conoce fronteras, regiones o países. El desafío no ha hecho más que comenzar. El coronavirus está causando una crisis económica global, que acrecentará las desigualdades y afectará más severamente a los más vulnerables. Europa y América Latina podemos hacer mucho más si actuamos juntos, avanzando una agenda multilateral en el G20, la ONU y las instituciones financieras multilaterales para que exista más espacio fiscal para evitar el colapso sanitario, el desplome económico y una grave crisis social. El FMI y el Banco Mundial ya han anunciado líneas de financiación y alivio de la deuda de los países más pobres, pero no deben olvidarse los países de renta media sobrecargados por un alto endeudamiento.

El coronavirus es un reto a la economía global inédito. Una respuesta eficaz necesitará movilizar la acción colectiva internacional. La UE y América Latina y el Caribe —una asociación de 60 países— han de aunar esfuerzos de nuevo. Es en momentos de crisis agudas cuando se ponen a prueba los vínculos entre países amigos. Y esta crisis nos ha vuelto a recordar que nuestra resiliencia depende también de la cooperación internacional. De esta crisis, solo saldremos unidos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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