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Minería y sustentabilidad

Por: Joaquín Villarino H


Señor Director: 

En su edición del domingo pasado, El Mostrador publicó una columna del señor Telye Yurisch criticando el desempeño medioambiental de la minería chilena.  Dentro del espacio que permite esta carta, no pretendemos hacernos cargo de cada una de sus afirmaciones, pero sí expresar por qué sentimos que la visión que plantea el columnista es, si no sesgada e injusta, al menos incompleta.

En primer lugar, reduce la sustentabilidad sólo a su pilar medioambiental, no refiriéndose al aspecto económico y casi nada al social, por lo que su análisis comienza dejando prácticamente fuera dos de los tres pilares de la sustentabilidad, los que incluso se refieren a áreas donde la minería chilena hace aportes significativos al país.

En segundo término, dentro del ámbito propiamente medioambiental, Yurisch critica la actividad minera en diversos aspectos, sin hacer una distinción clara entre el pasado, cuando existían otros estándares, y el presente,  sin reconocer avance sectorial alguno.  Por ejemplo, responsabiliza a la minería por acentuar la presión sobre el recurso hídrico (aunque en realidad sólo consuma un 4% de éste entre las regiones de Tarapacá y O´Higgins). Y en vez de reconocer un aporte en el reemplazo de agua continental por agua de mar, también lo critica, como si este último no estuviese sometido a exigencias de cuidado ambiental.

Tercero, la columna presenta como que se trataran de situaciones generalizadas en el pasado, o incluso actualmente, casos que en realidad han sido excepcionales, como el colapso de depósitos de relaves o la afectación de glaciares.

Es más, Yurisch comienza su columna señalando que, por su esencia, las actividades económicas que se basan en la extracción de recursos no renovables no pueden llegar a ser sustentables.  Así, parece no conocer el concepto universalmente aceptado de sustentabilidad ni tiene en cuenta que la renovabilidad es un concepto no absoluto.  De hecho, no se conocen minerales extintos; éstos suelen ser reciclables, prácticamente un cuarto de la demanda mundial de cobre se satisface por esta vía; y,  conforme hay más exploración y se desarrollan nuevas tecnologías, las reservas totales estimadas de minerales aumentan continuamente.  Los minerales suelen dejar de extraerse por razones económicas y no por su agotamiento.

No pretendemos desconocer que la actividad minera ha tenido impactos ambientales y sociales significativos en los territorios y comunidades en que se ha desarrollado.  Sin embargo hoy, los estándares de desempeño de la gran minería son considerablemente más altos, gracias a mejor legislación, códigos de responsabilidad y nuevas tecnologías, siempre más respetuosas y amigables con el medio y las comunidades.

Es un hecho ampliamente reconocido que los minerales son necesarios para el logro del desarrollo sustentable de la gran mayoría de actividades que requiere la sociedad contemporánea, y más ahora por su contribución al combate del cambio climático. La actividad de extracción de esos minerales también está avanzando con la convicción de que puede y debe operar de una manera compatible con el desarrollo sustentable.

Creemos que columnas como las del señor Yurisch no contribuyen a impulsar a los distintos sectores económicos a seguir avanzando en el desafío hacia la sustentabilidad, función que debiera ocupar un lugar destacado en el relevante rol que cumplen los defensores del medio ambiente.

 

Joaquín Villarino H.

Presidente Ejecutivo

Consejo Minero

 

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