Señor Director:
De acuerdo a un estudio de Mckinsey la pandemia aceleró 7 años la adopción de la digitalización, algo que sin duda impactó las prácticas educativas. Los colegios y docentes nos vimos forzados a vivir un escenario digital anticipado que se proyectaba para el año 2027.
Pero no tenemos que confundirnos. La educación digital del futuro no debe interpretarse como el uso de Zoom, Google Meet o aula virtual. Sino, tiene mucho más que ver con docentes preparados, metodologías de aprendizaje activo y procesos centrados en el estudiante, asíncronos y personalizados. El nuevo escenario post pandemia permitirá dirigir el esfuerzo hacia una educación personalizada que permita obtener un aprendizaje significativamente superior. Tiene poco sentido que todos los niños y niñas tengan que aprender lo mismo y al mismo tiempo, algo que se ha visto con las clases en vivo donde estudiantes y docentes pasan horas interminables frente a un computador. Hay que entender que las realidades familiares, de conectividad e interés del estudiante, son distintas.
Otro aspecto importante es que hoy muchas de las decisiones que están tomando los establecimientos educativos se basan en la intuición o datos de poco valor. Lograr mejores aprendizajes requiere de decisiones basadas en datos correctos y oportunos, y tecnologías que se centren en apoyar esos procesos. Aún estamos a tiempo de tomar con responsabilidad la transformación digital de la educación y repensar nuestro sistema educativo y prácticas pedagógicas.
Isabel Loncomil
Profesora y directora de Lirmi Academia