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Uso de la tecnología en los más jóvenes

Por: Emilia Guzmán Ampuero


Señor director:

Nos encontramos en una época en que dependemos principalmente de la tecnología, donde buscar en un libro puede llegar a ser tedioso e incluso, confuso. Por esto, en clase de lenguaje, leímos acerca de los “nativos digitales”.

Considero que nunca está demás apoyarse con los textos, pero la necesidad de recurrir a diferentes medios y encontrar información actualizada dificultan la situación. Por lo tanto, el uso de los medios digitales en edad juvenil e infantil, debería estar ligada a procesos estudiantiles y medido en estricto rigor por un adulto responsable.

Todas estas medidas se realizan con el propósito de evitar el efecto Flynn inverso, que es lo que podemos presenciar en la actualidad, una disminución en el coeficiente intelectual de nuestros infantes y jóvenes, por factores estrechamente ligados al poco trabajo que le ofrecen al cerebro, como vendría siendo el caso de utilizar la tecnología para todo. Ya está advertido por el neurocirujano, Michel Desmurget, quien afirma que “Simplemente no hay excusa para lo que les estamos haciendo a nuestros hijos y cómo estamos poniendo en peligro su futuro y desarrollo», por los daños en el sistema cognitivo y neuronal que producen.

Llevar el aula a la casa no ha sido del todo útil, se nos presentan problemáticas que antes no existían, el internet, desconcentración y aburrimiento. Las bajas notas son un ejemplo del caso, donde alumnos con excelentes rendimientos académicos se han visto afectados por la forma de evaluar los contenidos, dejando expuestas las falencias del sistema educativo (como no centrarse en una educación integral, donde todos tengan la posibilidad de entender basándose en sus capacidades, como los métodos de enseñanza: visual, auditiva y kinestésica). Demostrando la existencia intrínseca de un Darwinismo social, donde el más fuerte se adapta y el más débil muere, en este caso, el más fuerte sobrevive a una educación que genera presión en el ambiente psicológico, quien tendrá el acceso a ser “exitoso”, por adaptarse a lo “políticamente correcto”, mientras que el débil deberá conformarse con sus resultados y aspirar a lo que le alcance, ¿De qué integración hablamos si tenemos un método para ejercer las cosas, si nos venden desde jóvenes que los resultados académicos demuestran la inteligencia? Está bien las diferencias de aprendizaje, es correcto afirmar la existencia de líderes innatos, de gente con coeficiente intelectual más alto, pero ¿Será correcto pensar que las cosas deben quedarse como en lo contemporáneo? Si bien no todo es malo, como dice Darwin “no sobrevive la especie más fuerte ni la más inteligente sino la que mejor responde al cambio”,

La importancia de los docentes se ve reflejada por las adaptaciones que surgieron, donde en algunos casos, además de su labor como educadores, han tenido que ejercer un rol social, yendo donde sus alumnos a entregar material, preocupándose por su salud tanto psicológica como física, ideando clases que llamen la atención para entretener a sus colegiales, mientras desarrollan una metamorfosis dejando de lado el estrés generado por la pandemia y, por consiguiente, el encierro, y conectándose cada día con una cálida sonrisa para recibir a su alumnado y tratar de generar un aula que se asemeje a lo normal.

Seguiré sugiriendo el uso de los medios tecnológicos en el contexto en el que estamos, siempre y cuando, sean para uso educativo y en lapsos breves, ya que se puede caer en la tentación y generar adicción y procrastinación.

En conclusión, podemos decir que el uso de la tecnología es un arma de doble filo, ya que puede ser muy productivo, sin embargo, puede llegar a ser nocivo para la salud, en especial de los más pequeños.

Sin otro particular, se despide atentamente,

Emilia Guzmán Ampuero

Alumna del 1° Medio del colegio San Sebastián de Ancud

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